Desde Washington

“¿En qué medida el embargo resuelto por el juez Thomas Griesa complica la reapertura del canje de la deuda?”, le preguntaron ayer al ministro de Economía, Amado Boudou, quien llegó a Washington un día antes que la presidenta Cristina Fernández para mantener reuniones con banqueros y bonistas.

Cero respondió. Lo que resolvió el juez Griesa tiene que ver con el fondo de una cuestión que viene dando vueltas antes de 2006, la cuestión del alter ego. El dio sentencia sobre este embargo que ya existía. El monto embargado hoy es el mismo que antes y, hasta que no haya una sentencia definitiva, no lo puede tocar ninguna de las partes. Desde el punto de vista financiero, la situación es idéntica a la que había el día anterior.

La Presidenta llegará hoy temprano a la capital de Estados Unidos con el objetivo inicial de participar de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear que organizó Barack Obama, y en la que habrá unos 40 presidentes. Pero para aprovechar el viaje, hoy, apenas unas horas después de que el Tango 01 aterrice en la Base Andrews de la Fuerza Aérea, Cristina Fernández mantendrá un encuentro con representantes de las más importantes empresas norteamericanas con intereses en el país. Allí se anticipa que la Presidenta hablará de la marcha de la economía, de la decisión de pagar la deuda con reservas y también de la inminente reapertura del canje, como señales que apuntan a la reinserción argentina en el mercado de capitales. Pero el embargo con el que se desayunó el juez Griesa hacían pensar en un nubarrón en la presentación. Boudou no lo vio así.

“Los abogados del Banco Central ya apelaron. Esta es una situación que Argentina ya la vivió con la Anses. La Anses recibió un embargo del juez Griesa, apelamos, recibimos una sentencia favorable en segunda instancia, los acreedores fueron a la Corte Suprema y la Corte de Estados Unidos no aceptó el caso. Tenemos margen para suponer que este caso va a seguir un camino similar”, respondió el ministro, acompañado por el embajador en Washington, Héctor Timerman, el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino; y el presidente de la Comisión de Valores, Alejandro Vanoli.

Contaron que para ellos ayer fue un día de reuniones con los bancos que van a participar del canje y con inversores, y revelaron que los abogados de la Procuración del Tesoro habían tenido una audiencia con bonistas italianos que quieren hacerle a la Argentina un juicio en la Ciadi por el default. “Estarían cometiendo un nuevo error si no entran al canje. Que no escuchen los cantos de sirena”, aconsejó el ministro, a la distancia, a los italianos. La causa todavía está en los preliminares y la Ciadi debe decidir si considera que tiene jurisdicción para llevar adelante el caso.

Pese a que el Hotel Park Hyatt en el que se hospedó –el mismo que a partir de hoy ocuparán la Presidenta, Néstor Kirchner y el resto de la comitiva del Tango– queda a pocas cuadras de la sede del Fondo Monetario Internacional, Boudou aseguró que ni se le ocurrió pasar por allí. Aprovechó la pregunta que le formularon en una rueda informal con periodistas para volver a la carga con sus críticas sobre el papel de los organismos financieros internacionales y defendió la postura argentina de no aceptar revisiones del FMI. “No nos ha ido nada mal estos años en que no tuvimos revisiones del Fondo”, sostuvo. En cambio, le parece mejor el sistema de “revisión entre pares” que existe dentro del G-20 –del que forma parte Argentina–, pese a que por razones técnicas lo hacen funcionarios del Fondo. “Somos de los países del G-20 que más cumplieron con los pedidos de informes”, acotó a su lado Timerman, que en ese organismo es el “sherpa” –representante– de la Presidenta.

Boudou insistió en que el objetivo del pago de la deuda y de la reapertura del canje es reinstalar a la Argentina en el mundo de manera que le permita volver al mercado financiero a tasas razonables, que situó en el dígito. En ese sentido fue muy crítico con el gobierno de Mauricio Macri por haber aceptado tasas del 12,5 por ciento, una decisión que consideró “no inteligente”. “Resulta que los que nos dan clase emiten deuda al 12,5 por ciento. Es una mala decisión para los vecinos de la ciudad”, deslizó Boudou, a quien alguna vez se lo presentó como posible candidato kirchnerista para la Capital.

Almorzando con CFK

Previa escala en Panamá para cargar combustible, la llegada del avión presidencial a la Base Andrews de la Fuerza Aérea estaba prevista para alrededor de las 8. En algún momento del día se puso en duda que Kirchner y el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, viajaran por el estado de salud del vicegobernador Alberto Balestrini. Pero el ex presidente voló y aseguraron que Scioli lo hará el domingo para estar en la cumbre de Obama. “Son representantes de la economía real, vamos a hablar de problemas reales, de inversión, de empleo”, comentaban Boudou y Timerman sobre la reunión que la Presidenta mantendrá hoy en la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Habrá representantes de empresas como Boeing, Bunge, Cargill, Chevron, Dell, Motorola, Nike, General Motors, Research in Motion, Microsoft, Glaxo y algunas más. Lo de “economía real” tiene que ver con las charlas comunes en las visitas que los Kirchner hicieron desde 2003 a esta parte, donde se reunían hombres de negocios pero también algunos otros que no se sabía bien quiénes eran y que hacían preguntas explosivas para después ganarse alguna nota al otro día. “A veces era algún becario argentino de una universidad de acá o tipos totalmente desconocidos a quienes les interesaba figurar”, explicaban.

Por eso, el universo será acotado a empresarios conocidos y no habrá devaneos teóricos sobre medidas económicas sino “discusiones concretas sobre problemas concretos”. La convicción de los funcionarios argentinos es que a los empresarios les ha ido muy bien en los últimos tiempos y no tienen motivos para quejas de fondo sobre el modelo. Se verá hoy la respuesta.