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“Se hace evidente que hay un proceso de descomposición difícilmente reversible, cuyo protagonista es el mismo (Luis) Zamora, que junto a una docena de seguidores fieles ha transformado Autodeterminación y Libertad en un almacén de familia.” La frase pertenece a la carta abierta que el diputado nacional y obrero metalúrgico José Roselli le dirigió a Zamora a manera de respuesta a la polémica que mantienen entre sí y que derivó en la fractura de uno de los bloques parlamentarios que tiene la izquierda en el Congreso.
Días atrás, en una conferencia de prensa, Zamora junto a su esposa, Noemí Olivetti, y otros dirigentes de AyL, anunciaron oficialmente la expulsión de Roselli de las filas partidarias y donde además le exigieron la renuncia a la banca. A Roselli le endilgan una conducta “indignante”, que se tradujo en el acompañamiento de varios proyectos que presentaron legisladores del justicialismo.
Roselli se niega a acatar la decisión de la coordinadora nacional de AyL que hasta hace poco integraba y que según el propio legislador era cuestionada por varios grupos que conforman el partido.
De acuerdo con la carta abierta, el diputado asegura haberse sorprendido con la conferencia de prensa porque pensaba que era para convocar a la movilización de estos días. Roselli rechaza la imputación de haber cedido a las presiones parlamentarias: “Durante una década luché en la oposición metalúrgica a Lorenzo Miguel, soporté presiones y tentaciones. Y si las superé es porque nunca tuve como objetivo buscar la salvación económica ni el ascenso social”.
El legislador aseguró que la verdadera razón de su expulsión está alejada de cualquier cuestión ideológica y más relacionada con “el manejo que él y su señora han hecho de la crisis que desataron a nuestro interior, cuya causa inicial es una deuda monetaria de Zamora con dos antiguos amigos de su familia”. Según indica la misiva, desde hace un par de meses dos ex empleados jerárquicos del bloque, Marta Castaño y Enrique Avila, le reclaman a Zamora una deuda. Estos le pidieron a Roselli su mediación, lo que “provocó la cólera del doctor Zamora y su señora, que montaron una campaña de desprestigio hacia mi persona”.
Roselli señaló además que a pesar del intento por desplazarlo no fue el esperado porque varios grupos de Capital Federal consideraron de carácter “personal” las críticas de Zamora. Según el legislador, que en los próximos días conformará un bloque unipersonal, Zamora adoptó una actitud “propia de la burocracia sindical vandorista” al “expulsar compañeros y grupos enteros” por haber expresado críticas “sobre la marcha del movimiento y de las actitudes de Zamora y esposa”.
El rol de Mimí, como todos llaman a la esposa de Zamora, también fue seriamente criticado por Roselli, quien destacó la “aparición sorpresiva, insólita e inconsulta de su esposa en los medios”. Actitud que es considerada por éste como el paso previo al desembarco de Olivetti a la “gran política”. Roselli denunció además el nombramiento de “Mimí” como empleada del bloque “para posibilitarle la dedicación exclusiva a la política profesional, apuntando su candidatura para la legislatura porteña”.
Roselli finaliza su descargo con un ataque a la actitud adoptada por su ex compañero de bloque. Dice que “sus métodos para desprestigiarme y para tratar a los militantes de AyL no se apartan del tradicional modelo de caudillo-seguidores o dirigente-base, que hemos repudiado desde nuestra fundación”.