EL PAíS › LEVANTAN LOS CONTROLES
CAMBIARIOS PARA DETENER LA CAIDA DE LA DIVISA
Plan de ayuda a un dólar indigente
El Gobierno giró sobre sus pasos, abandonó la estrategia de guerra contra la suba en el precio de los alimentos y le cedió a importadores y exportadores buena parte de las restricciones que pesaban sobre el mercado cambiario.
Por Claudio Zlotnik
El Banco Central lanzó nuevas medidas para intentar ponerle un freno a la baja del dólar. Lo hizo en la jornada en que la moneda estadounidense cerró a 3,25 pesos para la compra y 3,30 para la venta, lo que implicó un descenso de cinco centavos respecto del cierre anterior. La nueva caída vino acompañada de una compra de divisas record por parte del Banco Central para un solo día: 128,4 millones de dólares. Con el paquete anunciado anoche se desmonta en forma parcial el control de cambios, con el objetivo de aumentar la demanda de dólares y así evitar que el tipo de cambio siga cayendo. Las iniciativas incluyeron la liberación de los pagos en efectivo de todas las importaciones, el permiso para que las empresas giren a sus casas matrices los dividendos y utilidades que generen y se subió de 200 mil a un millón de dólares el piso a partir del cual los exportadores están obligados a liquidar las divisas en la ventanilla del Central.
La decisión se tomó en una reunión efectuada en el Palacio de Hacienda, que estuvo encabezada por el ministro Lavagna y el titular del Central, Alfonso Prat Gay, y de la que también participaron el vicepresidente, Pedro Lacoste, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, y su segundo, Leonardo Madcur. La decisión del Gobierno de profundizar la liberación de las restricciones cambiarias fue adelantada la semana pasada por Página/12, cuando a los funcionarios se les hizo evidente que la flexibilización inicial no había cortado la racha bajista del dólar.
Este es un nuevo intento del Gobierno por ponerle un cepo al tipo de cambio. El primero ocurrió antes de fin de año y terminó en fracaso: desde entonces, el dólar no paró de bajar. Desde que empezó el 2003 cedió nueve centavos. ¿Por qué el Gobierno quiere cortar esa tendencia? Lavagna es partidario de mantener un tipo de cambio alto por dos motivos centrales: no perder poder fiscal (parte de la recaudación se financia con retenciones a los exportadores) ni tampoco competitividad de la economía, especialmente en relación con Brasil.
Desde un punto de vista más técnico, tanto en el Central como en el Palacio de Hacienda temen que la continua emisión de pesos para comprar los dólares de los exportadores podría terminar en un rebrote inflacionario. Otro argumento de peso que evocan en Economía para impedir la baja del dólar tiene que ver con una cuestión de expectativas. Según los funcionarios, un eventual rebote futuro de la moneda estadounidense podría empeorar las perspectivas de los ciudadanos y de los grandes operadores del mercado, que mientras la paridad se mantiene estable como en los últimos seis meses resultan favorables. De hecho, Lavagna quiere evitar cualquier turbulencia cambiaria mientras se empiecen a pagar los Cedros, algo que cobrará importancia a partir de marzo.
Un último factor se vincula con la inminente llegada de una misión del Fondo Monetario a Buenos Aires. Con las medidas “se avanza un paso más hacia la consecución de un mercado único y libre de cambios”, resaltó un comunicado del Banco Central divulgado a última hora de anoche. De esta manera, la dupla Lavagna-Prat Gay se pone en línea con un reclamo histórico del FMI. De todas formas, el control cambiario impuesto hace cuatro meses todavía mantiene una medida de importancia: la imposibilidad de comprar en el mercado más de 150 mil dólares por mes, salvo que sea para cumplir con las operaciones que ahora quedaron liberadas. La lista de medidas anunciadas es la siguiente:
- Se levantan las restricciones al pago de importaciones.
- Se autoriza el giro al exterior de ganancias y dividendos a las empresas y filiales con sede en la Argentina.
- Se eleva de 200.000 a 1.000.000 el monto de divisas generadas por exportaciones que se exime de liquidar en el Banco Central. Estas liquidaciones podrán realizarse en los bancos, como hasta antes de aplicarse los controles.* Asimismo, el BC eximirá a las pequeñas y medianas empresas de la obligación de liquidar en la Argentina sus divisas de exportación. Esta medida se lanzará en los próximos días. En el Central estiman que las pymes son responsables del 15 por ciento de las ventas al exterior.
Por la mañana, el presidente Eduardo Duhalde dio pistas de lo que se venía. Dijo que se evitarían alzas o bajas “abruptas” del dólar, de manera de dar “certidumbre” sobre la marcha de la economía. Anoche, en el Central no tenían calculado el impacto de la batería de medidas.
A comienzos de diciembre, el dólar se situaba en 3,66 pesos. Desde entonces no paró de caer. Ante este proceso, los exportadores apuraron la liquidación de sus divisas ya que percibían que la paridad cambiaria seguiría en declive. En este marco, ayer hubo un record de ventas en el Central. Fueron 124,5 millones de dólares que se sumaron a los 3,9 millones que los bancos, a su vez, le vendieron a la autoridad monetaria. Por ese motivo, la ganancia final resultó de 128,4 millones. Con este score, las reservas del BC ya rozan los 10.700 millones de dólares.
Con las nuevas medidas, Lavagna y Prat Gay no hacen más que ratificar que la acumulación de reservas ha dejado de ser una obsesión. Y que hoy se le teme más a la fiebre antidólar que a la fuga de capitales. Pero lo cierto es que en la Argentina no cambiaron demasiadas cosas en los últimos 120 días. Quizás, la percepción de que el tipo de cambio se había desbocado tras la salida de la Convertibilidad, produciéndose lo que en la city denominan “overshooting” (sobre-reacción). Pero lo que no varió fue que la Argentina continúa en cesación de pagos y sin renegociar la deuda con sus acreedores. Es decir, no hay certezas sobre el flujo futuro de dólares, algo que serviría para especular sobre el verdadero tipo de cambio de equilibrio. Antes que eso, Lavagna se atreve a quitarle el andador al dólar. Sin dudas, una medida audaz.