Jueves, 2 de septiembre de 2010 | Hoy
EL PAíS › MACRI PIDE JUICIO ORAL, PERO APELARá A CASACIóN
El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, volvió ayer a contradecirse en su estrategia defensiva frente a la causa que lo tiene procesado por las escuchas ilegales en el ámbito de la ciudad. En un intento por mostrarse dispuesto a que la Justicia determine su responsabilidad en el armado de un aparato de espionaje ilegal dentro de la administración porteña, el líder del PRO reiteró que pidió “ir a juicio oral”. Pero, acto seguido, planteó que apelará “en queja” a la Cámara Nacional de Casación, lo que logrará que el proceso se siga dilatando.
“Nosotros pedimos el juicio oral porque ahí se acaban todos los cuentitos, tienen que venir las pruebas que no existen”, aseguró ayer el jefe de Gobierno en un acto donde presentó un plan de cobertura de salud para alrededor de 600 mil porteños sin obra social. Sin embargo, de inmediato, anunció que su reclamo “seguirá en (recurso de) queja, como siempre se supuso que iba a ser, a Casación”. La contradictoria estrategia de Macri llega luego de que, el martes, la Sala I de la Cámara de Apelaciones le negara por unanimidad el recurso de apelación para que el Tribunal de Casación revisara el fallo que confirmó su procesamiento.
No es la primera vez que Macri realiza afirmaciones que luego no tienen correlato con su estrategia defensiva. Ya en mayo pasado, cuando fue procesado, el jefe de Gobierno había dicho que no apelaría la decisión del juez Norberto Oyarbide y que aspiraba a llegar a juicio oral lo más rápido posible. Después, volvió sobre sus pasos y decidió recurrir a la Cámara de Apelaciones, donde sufrió un duro revés, ya que los tres jueces confirmaron por unanimidad el procesamiento dispuesto por Oyarbide.
Macri cuestionó la negativa de la Cámara a hacer lugar al recurso que presentó para ir a Casación. “No debe sorprender, es bastante lamentable todo lo que ha hecho la Cámara”, disparó, antes de emprenderla contra sus integrantes, que –según él– “avalaron los disparates que hizo Oyarbide”. El jefe de Gobierno también lamentó que en la comisión investigadora que comenzó a funcionar en la Legislatura, “no se respetó la proporcionalidad democrática”, y que los legisladores “no se pusieron de acuerdo en forma lógica y respetuosa acerca de la integración de autoridades”. Nada dijo acerca de que fueron sus propios diputados los que trabaron la elección y hasta amagaron con hacer denuncias contra los opositores por amenazas, que finalmente no se concretaron. Pese a todo, Macri se comprometió a “tratar de seguir colaborando para que la comisión cite a gente que el juez no quiso citar”. Por último, insistió en que está “absolutamente tranquilo” y volvió a calificar de “invento” toda la causa.
Por otra parte, el líder del PRO también se desdijo en el asunto de la “recomendación” de que designara a Jorge “Fino” Palacios al frente de la Metropolitana que –según había asegurado– le dieron en la Embajada de Israel. Luego de haber sido desmentido por el que en ese entonces era el embajador de Israel en nuestro país Rafael Eldad, Macri prefirió “no entrar en conflicto” con ese país, y aclaró que él sólo fue a pedir una “opinión” a esa embajada.
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