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”Yo no estoy en campaña”, es lo primero que responde cuando se le pide una opinión sobre la dolarización y la regionalización del país, dos de los más conocidos caballitos de batalla de Carlos Menem. Su reacción es comprensible. El actual secretario de Turismo, Daniel Scioli, prefiere identificarse con las banderas de la “competitividad” que produjo la actual devaluación, y en el “buen momento” del turismo. En medio de los llamados telefónicos que lo saludan por su cumpleaños, habla con Página/12. Reitera que nadie le ofreció acompañar a Néstor Kirchner y prefiere no enrolarse con ningún sector del peronismo.
–¿Sobre qué ejes políticos debe realizarse la renovación del peronismo que recientemente formuló Eduardo Duhalde?
–Una renovación política básicamente debe concretarse sobre la recuperación y la rehabilitación de la Argentina. Le pongo un ejemplo: la concepción de seguridad y paz social repercuten positivamente en el turismo. Esto a su vez implica optimismos para el futuro. En verdad, lo nuevo de este momento es que al escenario de estabilidad se le agregó competitividad internacional. Con la convertibilidad, la estabilidad había generado una crisis de competitividad. Cuando ésta existía, se dio la hiperinflación. Hoy, la renovación política debe acelerar este proceso. El Presidente impulsa la renovación interpretando un reclamo de la sociedad.
–¿La renovación deja fuera del escenario político a Carlos Menem?
–Esto no significa ir en contra de nadie sino que quienes tienen las mismas ideas deben juntarse. Además, hay como cierta afinidad generacional. Igualmente reivindico la actitud generosa del Presidente de convocar a todos los sectores. Generosidad que ya la demostró en la conformación de su gabinete. La idea de fondo de este movimiento debe ser la recuperación económica.
–Para usted, ¿Néstor Kirchner representa la renovación? ¿Respalda su candidatura?
–Kirchner es un candidato interesante, pero todavía hay mucho de que hablar. Hay que escuchar a los gobernadores y seguir debatiendo. La renovación política no es el resultado de un hombre sino de un proceso.
Dejo en claro que a mí nadie me ofreció ninguna candidatura. Yo dije que estaba dispuesto a aportar en un proceso que al país le permita avanzar. No quiero ser indiferente, quiero comprometerme. Los candidatos tienen que destacar que las elecciones se van a dar en un contexto de estabilidad.
–Si el menemismo le pidiera no participar de una fórmula electoral surgida de esta movida, ¿lo tendría en cuenta?
–Mi manera de interpretar la política es por la positiva. Tampoco me puse a pensar en candidaturas. Todos saben de mi personalidad y me he ganado el respeto de todos los dirigentes del PJ.
–Pero, ¿no me contesta qué le respondería al menemismo?
–En verdad, nadie en el peronismo me propondría una cosa así. Tengo muy buena relación con todos los sectores y saben que cuando hay que ponerse al frente, allí estoy. Estuve cuando Adolfo Rodríguez Saá fue electo por la Asamblea Legislativa. Cuando Duhalde me convocó a formar parte de su gabinete, fueron muchos los que me decían: “Quedate en la banca”. Fue el general Juan Domingo Perón quien dijo: “Primero la Patria, luego el movimiento y por último los hombres”. Hoy la lucha no es en los términos de internas.
–¿Qué piensa de las propuestas del menemismo como dolarización o regionalización?
–Yo no estoy en campaña.
–Igualmente, quiero conocer sus opiniones.
–Cada candidato tendrá sus propias opiniones, pero me parece que la idea de la dolarización estaba pensada para un posible escenario de hiperinflación. En este país se va para adelante o no. No se trata de un problema de izquierda o de derecha. Yo voy a estar apoyando lo que crea que es mejor para el país, es una actitud de compromiso.
–Menem y Duhalde aparecen como dos proyectos antagónicos, y ya hay quienes hablan de una posible fractura del PJ. ¿Cómo analiza la actual interna peronista?
–El debate de fondo en el PJ se va a dirimir en las urnas. La gente tendrá la última palabra. Entiendo que la sociedad está mirando al peronismo con expectativas. El peronismo unido puede consolidar la reactivación económica. Estoy convencido de que la generación de empleo es el mejor remedio y la terapia. Es el mejor ordenador social.