ECONOMíA › OBJECIONES A LA VENTA DE PECOM
Luz para los amigos
Duhalde le demandará a Lula, en su visita, la revisión de la venta de Pecom a Petrobras. Sin argumentos técnicos para objetarla, pedirá la cesión de parte del negocio a grupos argentinos.
Por Raúl Dellatorre
No será el posicionamiento del Mercosur frente al ALCA ni los planes para una más plena integración económica y social entre la Argentina y Brasil lo que ocupará los momentos más intensos del encuentro de hoy entre Eduardo Duhalde y Luiz Inácio da Silva. El flamante presidente brasileño, Lula, deberá destinar uno de los momentos más calientes de la reunión a escuchar las objeciones del Gobierno argentino a la compra de Pecom Energía por parte de Petrobras. Las objeciones no serán de orden legal ni habrá impugnaciones a la transacción en sí sino una expresión política que, de todos modos, difícilmente llegue a mostrar sus verdaderas razones.
Duhalde ha insistido desde el mismo momento en que se cerró la operación, a fines de julio del 2002, en la “inconveniencia” de la pérdida de la nacionalidad en la propiedad de Pecom. En su apoyo concurrieron diversos grupos empresarios locales que pretendieron ver, en las objeciones presidenciales, el propósito de conformar un bloque empresario nacional que les permitiría, a muchos de ellos, seguir gozando de las mismas prebendas que en la etapa anterior, cuando eran socios del capital extranjero que se quedó con los servicios privatizados.
Aquella operación, incluso, provocó la primera fractura en el seno de la entonces recientemente formada Asociación de Empresarios Argentinos, un lobby que tenía como fin sacar ventaja en favor de los grupos locales, muchos de ellos fuertemente comprometidos tras la devaluación por sus deudas con financistas extranjeros. Oscar Vicente fue el primer titular de la asociación, pero fue, también, el primero en ver perder el carácter nacional de su empresa: Pérez Companc. Para empeorar la relación con sus compañeros de ruta en la asociación, Vicente se quedó como directivo de Pecom tras la venta a Petrobras. Un caso emblemático porque, además, Vicente era entre sus pares el empresario de mejor llegada a Duhalde.
Estos grupos empresarios –Loma Negra, Bulgheroni, Soldati, entre otros– no forman parte de la delegación que hoy viaja a Brasilia, aunque estarán presentes en la propuesta que lleve el Gobierno. Los representantes de Economía deberán defender la postura presidencial, apuntando a que la energética brasileña acepte desprenderse de parte de los activos adquiridos en el área eléctrica o gasífera, aunque retenga todos los del renglón petrolero. Y, a decir verdad, no les sobrarán argumentos.
“Será más una gestión de buena voluntad que una confrontación”, planteó uno de los que participará de la misión. Desde Economía entienden que no sólo la operación es inobjetable sino que, además, es conveniente. “No hay ley antimonopólica que pueda oponerse, porque la situación de la estatal brasileña en el mercado argentino no pasó a ser más dominante que la que ya tienen las españolas Repsol (petróleo) o Endesa (electricidad); al contrario, tener una petrolera estatal de un país amigo nos vendría bien, porque no se puede sospechar de acuerdo de precios con las petroleras privadas y, en caso de situaciones críticas, hasta se puede pedir, de gobierno a gobierno, que la empresa actúe a favor de una determinada política de Estado, ya sea en abastecimiento o en precios”, sostienen quienes tienen una visión diferente de la de la Casa Rosada. Concretamente, objetar a Petrobras por su condición de estatal, en vez de ser una medida antimonopólica puede terminar jugando a favor de los monopolios privados ya existentes.
Si Petrobras privilegiara su interés estratégico de expandirse regionalmente en el sector petrolero, antes que extender sus dominios sobre el eléctrico, a Duhalde la jugada podría salirle bien y quizás termine cerrando la operación “renacionalización de Pecom” a su favor. O, mejor dicho, a favor de algún grupo empresario local que compraría la parte de generación, transmisión o distribución de la cual Petrobras decida desprenderse.
El holding transferido a Petrobras incluye dos plantas de generación (Genelba y Pichi Picún Leufú), la administración de la red troncal detransmisión eléctrica (Transener), dos redes menores (Transba y Yacylec) y una participación en la distribuidora Edesur. También participa en el negocio de transporte y separación de gases (TGS y General Cerri).