El cardenal Jorge Bergoglio pidió ayer, en el marco de la peregrinación anual a Luján, “una Patria para todos” sin “odio ni desprecio”, donde “no haya sobrantes, excluidos ni explotados”. Con el lema, “Madre, queremos una Patria para todos”, la peregrinación comenzó el sábado al mediodía en Liniers y congregó a más de un millón de personas, según los organizadores. “Madre, queremos una Patria renovada en la fraternidad”, sostuvo Bergoglio en la misa central en la Basílica.

“Madre, queremos una Patria para todos. Que todos tengan cabida, que no haya sobrantes, excluidos ni explotados, que esta Patria para todos nos consolide como hermanos en la herencia patriótica de nuestros mayores, que nadie sea despreciado, que no crezca el odio entre nosotros y que el rencor, ese yuyo amargo que mata no eche raíces en nuestros corazones”, sostuvo el arzobispo de Buenos Aires.

La misa celebrada por Bergoglio se realizó ayer desde las 7, pero pasadas las 8.30 aún continuaban arribando a Luján columnas de caminantes que quisieron completar la peregrinación. El cardenal exhortó además a los jóvenes que peregrinaron casi 60 kilómetros hasta Luján, a que “nada y nadie los confunda” y los alentó a dejarse “cuidar” por la Virgen. Ante una multitud de peregrinos en la plaza Belgrano, frente a la Basílica, Bergoglio pidió también que “en este año comienzo del Bicentenario miremos a nuestra Madre y expresémosle nuestro deseo que es el lema, nuestro deseo hecho oración: Madre, queremos una Patria para todos”, concluyó el cardenal su reflexión.