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Eduardo Fellner se posicionó ayer como el principal candidato para secundar a Néstor Kirchner en la fórmula presidencial. Así lo admitió a Página/12 una alta fuente del Gobierno, luego de un encuentro reservado que el gobernador de Jujuy mantuvo con el presidente Eduardo Duhalde. “El acuerdo no está cerrado pero está cerca, muy cerca...”, presagió ayer ante este diario uno de los hombres con mayor compromiso en el armado de la estrategia oficial.
Fellner es el coordinador de la campaña proselitista de Kirchner en el interior del país. Y hoy será una de las figuras en el lanzamiento del “nuevo espacio” justicialista, que se realizará en la sede porteña de la Casa de Santa Cruz. Ayer se especuló con que el acto serviría de plataforma para presentarlo en sociedad como el dos de la fórmula. Pero poco después se desistió de esa idea. El propio Kirchner quitó presión: “Tengo tiempo hasta el 8 de marzo para elegir”, dijo.
Al candidato sureño le disgusta tanto que se juegue a la danza de candidatos como que el nombre de éstos provenga de las usinas de la Casa Rosada. “A mi compañero de fórmula lo elijo yo y nadie más”, suele gritar a los cuatro vientos, cansado de las operaciones políticas. Claro que es una verdad a medias: esa elección necesita del guiño de Duhalde, quien le prometió volcar el aparato bonaerense a su favor.
Si bien el nombre de Fellner recién comenzó a barajarse públicamente el último fin de semana, hace varios días que está en boca de funcionarios de la Casa Rosada y también del entorno de Kirchner. Incluso quienes le compiten la plaza al gobernador jujeño admitieron a Página/12 que Fellner es hoy por hoy el que presenta mayores chances de integrar el binomio presidencial.
¿Qué le aporta Fellner a Kirchner? Por un lado, el armado del “espacio del interior”, donde presenta un pequeño plus respecto a sus competidores para “llegar” a la liga de gobernadores. Desde el punto de vista de la imagen le permite tomar cierta distancia de Duhalde y abrir el espectro -ayer hubo coqueteos con el Frente Grande–, algo que no lograría tan fácilmente ni con un ministro del actual gobierno ni con un intendente bonaerense.
Este punto no es menor. A Kirchner le molesta que le digan el “Chirolita” de Duhalde. Y probablemente ese mote vuelva a resurgir si su compañero de fórmula fuera el ministro de Economía, Roberto Lavagna; el de Justicia, Juan José Alvarez; el de Salud, Ginés González García; el secretario de Turismo, Daniel Scioli, o los intendentes Alberto Balestrini (La Matanza) o Julio Alak (La Plata), por nombrar sólo algunos de los que sonaron en los últimos días.
Un soldado del gobernador de Santa Cruz aseguró haber escuchado decir a Kirchner una frase categórica:
–No va a ser nadie del Gobierno. Denlo por hecho.
Claro que lo que para unos es un punto a favor para otros puede convertirse en contra. Las preguntas latentes son: ¿Cómo encolumnar al peronismo bonaerense si no tienen un representante propio en la fórmula?
¿Cuántos votos aporta Jujuy, y algunos otros distritos del norte, en comparación con la provincia más populosa del país?
La respuesta podría encontrarse la próxima semana cuando Hilda “Chiche” Duhalde decida acompañar a Felipe Solá en su aventura bonaerense (ver nota aparte). Kirchner y Solá ya tienen acordado hacer campaña de la mano en ese distrito. El martes 4 desembarcarán en Lanús. A esa altura ya se conocerá públicamente la decisión de la actual primera dama.
Los más precavidos no dan el tema del vice como cerrado. Incluso en el entorno de Fellner mostraron cautela. “Sí, ya lo sabemos, hoy es el candidato de turno”, dijeron seguros de que los favoritos pueden pasar a descartados en un santiamén.
Y como de política se trata, en el runrún también sobraron los conspirativos, o realistas, según cómo se los mire. “¿Quién me garantizaque echar a rodar el nombre de Fellner no es la mejor manera de esmerilarlo y de paso distraer la atención?”, dijeron sobre –hay que reconocerlo– una modalidad que suele volverse tradición en estas instancias preelectorales.
Fellner mantuvo ayer su bajo perfil. Por un lado se abocó a organizar el acto de mañana, donde el “nuevo espacio” justicialista (ya desistieron de llamarlo “renovación”) afianzará la relación Kirchner-Solá.
También, y con el mayor sigilo, se reunió con Duhalde para hablar de su futuro político, que ahora promete traspasar las fronteras del noroeste argentino. Llevó varias inquietudes. Una de ellas: si dejará de lado su pretensión de ser reelecto para dedicarse a una empresa mayor. Nadie sabe si pudo saciarla.