EL PAíS
La primera dama ya está decidida a decirle que “sí” a Felipe Solá
Chiche se bajó de la fórmula presidencial pero siempre expresó su interés en la provincia. Antes del lunes anunciaría que será candidata a vicegobernadora. Las razones de Duhalde y su esposa para jugarse a fondo en su provincia. Sus próximos pasos.
Por Diego Schurman
Sabe que es una apuesta difícil. Pero Hilda “Chiche” Duhalde ya decidió ser la compañera de fórmula de Felipe Solá. Así lo reveló a Página/12 un alto funcionario del Gobierno que suele ser la oreja predilecta del presidente Eduardo Duhalde. El anuncio oficial de su candidatura a vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires –según dejaron trascender en la Casa Rosada– se concretaría a más tardar el próximo lunes.
La decisión de la primera dama caía de madura. Ella misma lo insinuó en más de una oportunidad pero nunca de la manera tan elocuente como lo hizo el propio Solá, cuando reveló que ninguna mujer le decía que no. Estaba claro que detrás de esa frase había mucho más que un gesto pícaro, o, si se quiere, lindero con la pedantería.
Si bien la palabra “Chiche” causa en la Casa Rosada el mismo respeto (por no decir temor) que la Kryptonita a Superman, fueron numerosos los funcionarios que dieron por terminado los cabildeos de la primera dama.
“Ya está, va a ser la vice”, señaló uno que suele estar en la cocina política del Gobierno. Pero, claro, se habla de Chiche. “Salvo un terremoto ¿no?”, abrió el paraguas el mismo vocero sin precisar si eso en política es algo habitual o esporádico.
Muy cerca de la coordinadora de Políticas Sociales prefirieron una respuesta más digna del Ministerio de Economía, aunque contundente: “99 por ciento que sí contra 1 por ciento que no”.
Chiche generó un fuerte impacto político cuando desistió de acompañar a Kirchner, pese al “operativo clamor”. Su marido explicó que no quería su apellido en la boleta peronista. Hubiese aparecido como una imposición suya al santacruceño.
Ni siquiera los bonaerenses, que por esos días hicieron una procesión a Olivos para convencerla, lograron su cometido. No obstante, Duhalde les dijo que para la candidatura a vicegobernadora todavía no había nada resuelto.
El Presidente quería “alambrar” la provincia. Y Chiche es su garantía. Solá mide bien en las encuestas pero encontraba resistencia de algunos duhaldistas de paladar negro que no lo consideraban “del palo”.
Los sondeos que manejan en Gobierno muestran a Chiche bien alta en la preferencia de los bonaerenses. Y seguramente al hacer tándem con Solá no sólo terminará de encolumnar al duhaldismo díscolo –como por ejemplo al jefe de la Cámara de Diputados local, Osvaldo Mércuri– sino también podrá robarle algunos votos a Aldo Rico y Luis Patti, dos de los competidores directos que con sus discursos de mano dura logran importantes apoyos en el distrito.
Para Duhalde, la presencia de Chiche en las provincia de Buenos Aires, donde hará su apuesta fuerte, significa el resguardo de su propio futuro en caso de no tener éxito en la pelea por la presidencial a través de Kirchner. De todas formas, el Presidente no los imagina como emprendimientos autárquicos sino como complementarios. Más aún, está convencido de que Solá-Chiche potencia las posibilidades del candidato santacruceño. Prueba de ello es el acuerdo logrado en las últimas horas entre Kirchner y los principales dirigentes distritales para garantizar un acto cada tres días en las provincia de Buenos Aires. El objetivo: instalar definitivamente la candidatura del gobernador de Santa Cruz.
Como si fuera poco, el cronograma indica que el punto de partida será el martes, con un acto en Lanús, donde Kirchner no estará solo sino acompañado del propio Solá, quien formalmente también iniciará su campaña. ¿Estará presente ese día Chiche?