Desde distintos sectores de la oposición salieron a criticar ayer al gobierno nacional por las negociaciones que llevó adelante para desarticular el paro de la CGT convocado por Hugo Moyano. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, aseguró que ella encabeza la única que “no garantizará impunidad para nadie” y que terminará con quienes convirtieron al conurbano bonaerense “en una fábrica de pobres”. Desde el PJ disidente, el precandidato a gobernador bonaerense Francisco De Narváez se preguntó “qué negociación hubo y qué le concedieron” al camionero. “¿Pactó con Moyano?, ¿le aseguró la impunidad?, ¿le tiene miedo?, ¿puede con él?”, cuestionó, en el mismo sentido, el precandidato radical Ernesto Sanz.

Fiel a su estilo de no dar nombres propios, en recorrida de campaña Carrió sostuvo que “es hora de que los decentes seamos exitosos y que los que violan la ley y roban devuelvan el dinero y vayan presos”. Fue una alusión al dirigente sindical que finalmente suspendió la medida de fuerza planificada para este lunes. Para De Narváez, hay un escenario “de pelea de poder interna” y la presidenta Cristina Fernández “está en problemas”.

“Moyano está nervioso”, aseguró Graciela Ocaña, quien se enfrentó con el líder de la CGT cuando ocupaba el Ministerio de Salud. Ocaña lo acusó de buscar “impunidad” por haberse “aprovechado del Estado para construir su propio imperio personal” y calificó la alianza con el gobierno nacional como “un matrimonio por conveniencia”.