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El debate por la unidad de la izquierda divide hoy a los integrantes de Izquierda Unida. A pocos días del cierre de las listas electorales, los dos principales partidos que componen la coalición se enfrentan por el armado de las listas que se presentarán tanto a nivel nacional como en los distritos de Capital y provincia de Buenos Aires. Mientras que el Movimiento Socialista de los Trabajadores propicia que uno de los suyos, el abogado Marcelo Parrilli, acompañe a Patricia Walsh en la fórmula presidencial, el Partido Comunista privilegia que el vicepresidente surja de un acuerdo que incorpore al Partido Obrero y al Frente para el Cambio que lidera la diputada Alicia Castro.
“Estamos frente a una oportunidad única”, afirmó a este diario Jorge Kreyness, responsable de las relaciones políticas del Partido Comunista. Para el representante del PC “privilegiar las candidaturas propias por sobre la unidad de la izquierda es quedar prisionero de una política de capilla. En este caso estaríamos frente a una política conservadora, estática y defensiva por parte del MST”.
Ni los partidos que componen IU, ni los que podrían incorporarse al frente electoral, discuten la postulación de Walsh para encabezar la fórmula presidencial. El punto en cuestión es precisamente la definición del compañero de lista. La primeras discusiones incluían la postulación de Vilma Ripoll como candidata a jefe de Gobierno por la Ciudad de Buenos Aires, la del comunista Patricio Echegaray como primer candidato a diputado nacional por la Capital y la de Juan Carlos Giordano del MST como cabeza de la nómina por la provincia.
Los planes originales de IU contemplan la realización de un acto en Plaza de Mayo para el 1º de marzo. Allí no sólo presentarían en sociedad a los candidatos del nucleamiento sino que también harían público el plan de lucha que formará parte de sus propuestas para los próximos comicios. Incluso no descartan que la principal consigna de los actos proselitistas resalte la necesidad de políticas unitarias con slogans como: “Por más unidad, ahora”.
Los dirigentes del comunismo le dan a la unidad de la izquierda un valor fundamental. Y esto es así porque caracterizan que los partidos mayoritarios se encuentran divididos y enfrentando un verdadero cisma. Cuando hablan de las fuerzas que suelen integrar el espacio de la centroizquierda, sostienen que se encuentran en una virtual parálisis.
“Este escenario no va a repetirse el año que viene, por eso la unidad de la izquierda tiene que ser ahora”, señala Kreyness, quien pone el acento en el esfuerzo de las cuatro agrupaciones de izquierda en arribar a listas electorales comunes. En su análisis, la serie de elecciones que se van a dar a lo largo del año, ya sean las presidenciales, como cada uno de los comicios distritales, “son una oportunidad para unificarnos”.
La estrategia también incluye una segunda etapa y es la de un posterior llamado a todas las fuerzas y agrupaciones que decidieron no participar de las elecciones. En particular hablan de los seguidores de Luis Zamora, de los integrantes de las asambleas barriales, Patria Libre o el Partido Comunista Revolucionario. Por lo pronto, antes de nuevas convocatorias, los hombres de Izquierda Unida deberán resolver las actuales diferencias. Tema no menor, ya que los que se enfrentan son precisamente los partidos que fundaron la coalición que se presenta como polo convocante.