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Tiempo, ese bien que aquellos que están al pie del cadalso pueden llegar a endiosar, el Gobierno lo recibió en bandeja gracias a la presencia en la Corte Suprema de Justicia del cordobés Juan Carlos Maqueda. El máximo tribunal postergó ayer el fallo en el que analizaba la devolución al gobierno de San Luis de 247 millones de dólares acorralados en el Banco Nación. Los cortesanos entendieron que era válido que el nuevo integrante del tribunal se tomara unos días para estudiar el expediente. Los supremos también habilitaron la participación de Maqueda en un reclamo presentado por una ahorrista de 87 años. A pesar de que el cómico Nito Artaza había reclamado el apartamiento del cordobés, el dirigente de los ahorristas festejó la decisión del tribunal, ya que consideró que de esta manera “se acortan los tiempos” para un probable fallo redolarizador de los depósitos.
En la habitual reunión de acuerdos que el alto tribunal suele realizar los martes, los cortesanos aceptaron los puntos de vista esgrimidos por Maqueda en una presentación en la que afirmó que su desempeño en el Senado de la Nación, que incluye su participación en el trámite legislativo de normas vinculadas al corralón, no afectará su imparcialidad para votar en casos como el de María Mercedes Dolz. En todo el proceso devaluatorio y en el listado de proyectos que el Gobierno impulsó para obtener un acuerdo con el Fondo Monetario, Maqueda no tuvo un rol menor. Fue precisamente cabeza del Poder Legislativo. Si bien el cordobés ahora prometió imparcialidad, llamativamente sus días frente a la Presidencia del Senado coincidieron con aquellos en los que el Parlamento mostró una subordinación casi total a las necesidades políticas del oficialismo. Un alineamiento pocas veces visto.
“Por primera vez en la historia un ministro que en su momento dio una opinión sobre el tema de la pesificación como integrante del Senado, ahora lo podrá hacer como juez. Me parece que no es del todo ético”, aseguró no bien se conoció la decisión del tribunal Fabián Bergenfeld, abogado de Artaza y del movimiento de ahorristas.
Menos contemplativo, Artaza señaló que “nuevamente el poder político interfiere en las decisiones de la Justicia”. Como si faltara algún dato, sostuvo que “la mafia está enquistada en el poder”. También admonizó sobre una probable reacción popular si no se atienden los reclamos de la población. “Se está muy cerca de que pase lo que pasó en Bolivia en los últimos días”, concluyó.
Aunque hace tiempo que en la Corte existen los votos favorables para un proyecto redolarizador, en esta ocasión la decisión podría postergarse tan solo por unos 15 días. Fecha que en Tribunales se considera como el tope para el fallo tan esperado por los ahorristas y tan temido por el Gobierno.
La decisión de los cortesanos también tendría un gesto de cortesía para con el Gobierno al conceder un plazo razonable a los legisladores para que éstos aprueben una iniciativa que dé respuesta al tema de fondo. En buen romance, ese proyecto podría incluir una alternativa de pago en bonos de aquellos fondos acorralados.
Cuando se conozca la resolución de la Corte, el peronismo podrá apelar a uno de los tantos latiguillos que forman parte del argot justicialista. Tan sabido es que el tribunal declarará la inconstitucionalidad de la pesificación, como que el Gobierno está anoticiado de ello. Por lo tanto, si están avisados, no hay traidores.