“Como dijo Cristina, organizar para transformar y nosotros decimos organizar para profundizar”, apuntó la dirigente de la Corriente Peronista Nacional Lorena Pokoik frente a los miles de militantes de la organización de todo el país. En un microestadio de Ferro completo la CPN se lanzó oficialmente luego de la fusión con el Movimiento Peronista Revolucionario. Del acto participaron los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Seguridad, Nilda Garré.

“Néstor y Cristina nos devolvieron la política como herramienta de transformación”, aseguró Pokoik levantando el batir de parches de los bombos y el agite juvenil. Ya había pasado la presentación de los integrantes de la organización en todas las provincias cuando la dirigente logró que el estruendo fuera superior a su propia voz. La unión de las organizaciones estaba sellada y la dirigente dijo que fue “con grandeza y humildad para alcanzar todos los objetivos estratégicos” y porque “tenemos que lograr darle a esta Argentina 200 años más de peronismo”. Finalmente hizo una convocatoria “al conjunto de las organizaciones a un frente” para profundizar el modelo iniciado en el 2003.

Tomada –la CPN fue uno de los pilares de su precandidatura a la Jefatura de Gobierno porteño– fue uno de los primeros en hablar. El ministro destacó el ejemplo que significaba “para toda la militancia el hecho de que se hayan fusionado dos organizaciones que se están encargando de construir y reivindicar los logros conseguidos por este gobierno”. Tomada afirmó que la unión de las dos organizaciones significaba “abandonar personalismos y vedetismos, en la línea con lo que precisamente convocaba la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, tras lo que saludó y se retiró a una reunión en la quinta de Olivos donde se definía que Daniel Filmus sería el candidato para la Ciudad y él lo acompañaría en la fórmula.

Un nutrido y variado grupo de invitados presenció el acto desde la tribuna y en el sector reservado. El dirigente social Luis D’Elía, el secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato; el secretario adjunto de la CTA, Marcelo “Nono” Frondizi, el diputado Martín Sabbatella, uno de los líderes de la Agrupación La Cámpora, Mariano Recalde, y el subsecretario Legal y Técnico de Presidencia, Claudio Heredia. En la mesa central se encontraba la conducción nacional de la CPN: Carlos Oviedo, Marcelo Köenig, Pokoik y el dirigente de la JP Descamisados, Juan Miguel Gómez. Los acompañaron la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; la ministra Garré, el secretario de Educación bonaerense, Mario Oporto, y el presidente de Télam, Martín García.

Köenig había destacado en su discurso la línea histórica que existía en la organización centrada en el peronismo y en las luchas populares, mientras que Oviedo –después de recordar al cacique Ambrosio, un dirigente salteño de 28 años que murió de neumonía en un hospital la semana pasada “por ser pobre”– parafraseó al ex presidente Néstor Kirchner: “Cuando la juventud se pone en marcha, el cambio es inevitable”, dijo apuntando a la JP Descamisados que estaba en la tribuna. “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo la puta madre que lo parió”, retumbó en el recinto con todos los presentes de pie y aplaudiendo, igual que cada vez que entonaban el “borombombón, para Cristina la reelección”.