Sábado, 21 de mayo de 2011 | Hoy
ECONOMíA › LA DESOCUPACIóN DEL PRIMER TRIMESTRE DEL AñO FUE DEL 7,4 POR CIENTO, 0,9 PUNTO MáS BAJA QUE EN IGUAL PERíODO DE 2010
Es el mejor trimestre desde mayo de 1992, cuando se ubicó en 7,3 por ciento. Luego la Convertibilidad llevó la tasa a los dos dígitos por más de diez años. La subocupación bajó un punto y quedó en 5,5 por ciento.
Por Sebastián Premici
La desocupación del primer trimestre del año fue del 7,4 por ciento, una baja del 0,9 punto en comparación con el mismo período del año pasado. Así lo informó ayer el Indec al difundir los datos del Mercado Laboral de la Encuesta Permanente de Hogares. Es el mejor trimestre desde mayo de 1992, cuando el desempleo se ubicó en 7,3 por ciento. Luego la Convertibilidad ubicó la tasa por encima del dígito. Uno de los datos más relevantes de este informe tiene que ver con la tasa de creación de nuevos puestos de trabajo. Si bien durante casi todo 2010 apareció casi estancada, durante el período enero-marzo de 2011 el indicador creció en 0,2 punto en los 31 aglomerados urbanos y fue más fuerte en el interior del país (0,6). Además, la subocupación –es decir, las personas ocupadas, pero que trabajan menos de 35 horas semanales– fue del 5,5 por ciento, es decir, un punto menos que en los primeros tres meses del año pasado, dato que daría cuenta de las mejores condiciones laborales.
Por los efectos de la crisis de 2009, el Gobierno desplegó un conjunto de instrumentos, como el programa de Recuperación Productiva (Repro), para que la caída del empleo no fuera muy acentuada. La desocupación llegó a rozar el 9,1 por ciento durante el tercer trimestre. “Si bien en 2010 comenzó un nuevo ciclo de crecimiento económico, en realidad el producto creció más que la generación de nuevo empleo. Por eso es común que con cinco trimestres consecutivos de crecimiento, recién ahora se note la generación de nuevo empleo”, explicó a este diario Demian Panigo, director del Observatorio Metropolitano de Economía y Trabajo (OMET).
Para este economista, el crecimiento de la tasa de empleo no debería darse solamente a partir del crecimiento del producto, ya que a medida que baja el desempleo, la elasticidad empleo-producto es cada vez menor. “El empleo privado debería ser apalancado por una mayor presencia del Estado o por el asociativismo asistido, por ejemplo a partir del programa Argentina Trabaja. En este sentido, el Estado podría darles a las cooperativas mayores instrumentos para que generen sus propios proyectos y así aumentar de manera más fuerte la tasa de empleo”, agregó Panigo.
El año pasado, la baja del desempleo se daba, entre otros factores, por una menor tasa de actividad (que se define como la suma de los ocupados y los que buscan trabajo). Ahora hay un crecimiento de la tasa de empleo, sobre todo en los aglomerados del interior del país. “La desocupación en el interior fue del 6,8 por ciento, con la creación de empleo más alta si se comparan todos los trimestres del año pasado. Esto demuestra que en el país hay una dinámica económica interesante”, explicó a Página/12 el economista Daniel Kostzer. Si se lo mide en términos interanuales, la baja del desempleo en los aglomerados del interior fue de 1,7 punto.
Más allá de que este dato da cuenta del crecimiento económico y la generación de nuevo empleo, también marca que uno de los principales focos de desempleo ocurre en el Gran Buenos Aires, que fue del 8,4 por ciento durante el primer trimestre de este año. En la comparación entre el Gran Buenos Aires y los aglomerados del interior del país, la diferencia del desempleo fue en 2010 de 0,7 punto, mientras que en el primer trimestre de este año fue de 1,6 punto. “Esta es la cristalización de ciertas situaciones que requerirán algún tipo de atención”, indicó Kostzer.
Otro aspecto interesante del informe del Indec tiene que ver con los datos de la subocupación, es decir, el conjunto de personas que trabajan menos de 35 horas semanales. En el primer trimestre del año, se ubicó en el 8,2 por ciento –un punto menos que en el mismo período del año pasado–, mientras que la desocupación demandante cayó 0,8 punto y la no demandante 0,3 punto. “Esto da cuenta de las mejoras en las condiciones laborales y en los mejores ingresos de los trabajadores principales de un hogar. Es decir que se reduce la presión en el mercado laboral de los trabajadores secundarios dentro de un hogar”, agregó Kostzer.
En este sentido, desde Trabajo aseguran que durante 2010, ocho de cada diez nuevos empleos fueron en blanco. En 2003, el trabajo no registrado superaba el 50 por ciento, mientras que a fines del año pasado se ubicó en el 34,6 por ciento.
Desde distintas áreas del Gobierno se insiste en que lo ideal sería alcanzar una situación de desempleo del 5 por ciento, número que algunos economistas del Ejecutivo consideran casi como “pleno empleo”, mientras que otros lo definen como “desempleo friccional”, es decir, los trabajadores que entran y salen constantemente del mercado laboral. Incluso, el número del 5 por ciento coincide con las proyecciones del Plan Industrial 2020. “La idea del desempleo friccional es falsa. El número del 5 por ciento es arbitrario. Argentina supo tener épocas de pleno empleo del 2 por ciento. Una mirada heterodoxa buscaría alcanzar estos niveles, de la mano del empleo público y una mayor participación de las cooperativas de trabajo”, concluyó Panigo.
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