La reelecta gobernadora de Tierra del Fuego, Fabiana Ríos, buscó establecer diferencias tanto con el oficialismo nacional como con la oposición, un día después de sorprender en el ballottage e imponerse ante su rival, la kirchnerista Rosana Bertone, que en primera vuelta le había sacado nueve puntos de ventaja. Ríos enfatizó que su partido, el Social Patagónico, “no es el de la Presidenta ni es el de Binner”, aunque sí tiene “una concepción ideológica de izquierda” y siempre acompañó y seguirá haciéndolo las iniciativas políticas de ese perfil, como hicieron sus legisladores con la estatización del sistema de jubilaciones, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual o el matrimonio igualitario. También se manifestó disgustada con los medios que buscan encasillarla, ya sea en la misma vereda de Cristina Fernández o en la opuesta: “Les importa más catalogarme que entender el proceso político”, subrayó.

Ríos, que ayer tras su victoria fue visitada por su rival, la diputada del Frente para la Victoria Rosana Bertone, y por el ministro del Interior Florencio Randazzo, remarcó tanto su distancia del kirchnerismo como del Frente Amplio Progresista, encabezado por el socialismo. “Yo pertenezco a un partido político que no pertenece al de la Presidenta, que no es el partido de Binner, que es mi partido político, que se llama Partido Social Patagónico”, aclaró Ríos, docente y farmacéutica, quien cuatro años atrás fue la primera mujer en ser electa para dirigir una provincia argentina.

“Soy de una concepción ideológica de izquierda y he acompañado, y han acompañado mis representantes, las iniciativas políticas sin ninguna mezquindad, y aun a riesgo de que nos catalogaran rápidamente, que el gobierno nacional ha llevado adelante en relación con lo que para nosotros es un avance para el país”, agregó la gobernadora, que llegó al poder de la mano del ARI, en ese momento conducido por Elisa Carrió, pero que pronto se distanció de esa fuerza para crear el Social Patagónico, con el que hizo un distante acompañamiento de la gestión nacional.

También explicó que a pesar de que cuando Randazzo fue a saludarla pudo “tener un contacto telefónico con la Presidenta” eso no la hace oficialista, como la describen algunos medios, ni lo contrario. “La mayor parte de las veces les importa más catalogarme que entender el proceso político en mi provincia –se quejó–. Es más, parece que tengo pinchados los teléfonos, porque todos escucharon la conversación que tuve con la Presidenta y la verdad es que lo que dicen no tiene nada que ver con lo que hablamos.”

Respecto de la sorpresa que dio el domingo, cuando remontó, contra todos los pronósticos, nueve puntos de desventaja que había sacado en primera vuelta el FpV, Ríos hizo hincapié en el rol de “las minorías que habían quedado fuera” del ballottage, que –a pesar de que las cúpulas partidarias brindaron su apoyo a Bertone– se volcaron masivamente hacia ella. “Apelamos a que la gente se hiciera responsable de su voto, que no votara en blanco, fuimos militando cada casa, cada calle, cada fábrica, cada escuela, diciéndoles a quienes votaron minorías, que habían quedado fuera del ballottage, que era importante tener un Ejecutivo con legitimidad para poder seguir peleando por esta provincia.”

Tras el escrutinio definitivo se confirmó que Ríos logró la reelección con el 50,22 por ciento de los votos, contra 48,91 que obtuvo Bertone, según los cómputos finales, que le adjudican 36.201 votos al Social Patagónico contra 35.255 sufragios del Frente para la Victoria. En blanco votaron 622 electores, hubo 20 votos impugnados y 2259 sufragios nulos, de un total de 287 mesas escrutadas y 74.379 votos emitidos.