El gobernador socialista de Santa Fe y candidato presidencial del Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, dedicó la jornada de ayer a la campaña electoral. Viajó hasta la ciudad de Buenos Aires para reunirse con la Federación Agraria Argentina (FAA) y participar del lanzamiento de los candidatos porteños a diputados por el FAP antes de regresar a la capital santafesina para acompañar el cierre de campaña de su candidato a la gobernación, Antonio Bonfatti. Con los federados cambió figuritas: prometió impulsar “políticas activas” para el agro si llega a la presidencia y Eduardo Buzzi apoyó la candidatura de Bonfatti, en cuya lista hay miembros de la FAA. En el acto porteño, Binner devolvió con la misma moneda las críticas que la Presidenta había hecho a su gestión el martes: afirmó que “la Argentina crece menos que el resto de los países de la región”.

Una banda de jazz amenizó la espera de militantes, dirigentes y candidatos del FAP porteño, que aguardaron pacientemente el demorado arribo de Binner, desde la FAA, para el lanzamiento formal de su campaña electoral en el recoleto Club Español. Binner atravesó el amplio y ornamentado salón de actos junto a su compañera de fórmula, Norma Morandini, y encabezó el ingreso de los dirigentes para sentarse en primera fila y ceder el protagonismo a los primeros candidatos en la boleta del FAP por la Ciudad: Claudio Lozano (UP), Roy Cortina (PS), Cristina Calvo (GEN) y Humberto Tumini (Libres del Sur). Después de que hablaron todos, el candidato presidencial tomó la palabra.

“El gran desafío del FAP es su continuidad después de las elecciones”, dijo el candidato presidencial, para luego comparar la “construcción política” a largo plazo con los 40 años del Frente Amplio uruguayo y los 20 del Frente Progresista santafesino.

Binner también cargó contra el Gobierno en medio de la polémica con la Presidenta por el crecimiento económico de la provincia que gobierna. El martes Cristina Kirchner se preguntó por qué Santa Fe había crecido por debajo de la media nacional.

“Otros países de la región está creciendo más que la Argentina”, afirmó sin dar detalles ni números. “Hay que terminar con el serrucho de la economía: un tiempo bien, un tiempo mal”, agregó, dibujando en el aire los dientes de la herramienta.

Antes había apoyado los fundamentos de su futura gestión sobre “tres pilares fundamentales: solidaridad, participación y transparencia”. Y volvió a apuntarle al gobierno nacional deslizando sospechas sobre el sorteo de las causas judiciales que lo “involucran”, “siempre caen en un mismo juez”. “Siempre la bolilla está cargada. ¿No será hora de cambiar el bolillero?”, se preguntó sin dar nombres.

–Usted dijo que había países de la región que crecen más que la Argentina ¿Cuál de los países tomaría como modelo? –preguntó Página/12.

–Nosotros no hablamos de modelos. Toda la región se vio favorecida por la expansión económica de China –respondió el candidato presidencial.

También le recordaron que el candidato kirchnerista a la gobernación santafesina, Agustín Rossi, advirtió que “no hay que matar al mensajero” y que los datos que volcó la Presidenta, para afirmar que Santa Fe había crecido por debajo de la media nacional, surgieron de las propias estadísticas “suministradas por el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC)” de Santa Fe. Las declaraciones del candidato kirchnerista eran, a su vez, una respuesta al gobernador, que había dicho antes que la Presidenta “o está mal informada o lee los números del Indec”.

Binner se defendió afirmando que el IPEC “no hace estadísticas comparativas”, pero que “tiene un teléfono rojo al que llaman gremios, empresarios y hasta gobernadores de otras provincias para saber cuánto dio el índice de precios al consumidor, que se realiza con la anterior metodología que utilizaba el Indec”, antes de su “intervención” (ver aparte).

Ante de regresar a Santa Fe para participar del cierre de campaña de Bonfatti en esa ciudad, Binner recibió, igual que el resto de los candidatos, como regalo un muñequito de patas largas abrigado con vestimentas de los colores azul y naranja del FAP. Algunos lo definieron como “un duende”, otros como “un títere”. Binner lo bautizó como “fapito”.