Lunes, 29 de agosto de 2011 | Hoy
EL PAíS › LA POLICíA REPRIMIó UNA PROTESTA DE PETROLEROS
Una huelga de trabajadores petroleros de la ciudad santacruceña de Caleta Olivia –en reclamo de elecciones sindicales– culminó con represión policial y golpes al intendente local, Fernando Cotillo, candidato a vicegobernador de la provincia por el FpV. Los huelguistas estaban concentrados en la puerta de una planta de YPF para exigir elecciones en el Sindicato de Petroleros Privados, intervenido desde abril. El intendente apuntó que la regularización del gremio “no está en manos del gobierno”, aunque aseguró que dentro de “entre 10 y 12 días” se convocaría a la conformación de un congreso organizativo para organizar los comicios.
Los petroleros comenzaron la protesta el viernes con un cese de actividades y una concentración permanente en la puerta de una planta deshidratadora de hidrocarburos YPF, en la localidad de Cañadón Seco. Exigían elecciones para “regularizar” el sindicato, intervenido por la Federación Argentina del Petróleo, Gas y Biocombustibles. El proceso de “normalización” –impuesto luego de un conflicto interno que mantuvo paralizada la producción petrolera en el norte de Santa Cruz– ya cumplió 120 días.
En la madrugada de ayer, efectivos de la Policía provincial y de Gendarmería desalojaron la planta y echaron a los trabajadores con balas de goma y gases lacrimógenos. Un grupo de trabajadores se alejó de la fábrica con la intención de reunirse lejos de la Policía. Se trasladaron a la ruta provincial 12, de donde fueron desplazados por una brigada de Infantería. Uno de los delegados gremiales, David Quiroga, declaró que los policías “aparecieron de la nada, tiraron mucho gas lacrimógeno y balas de goma. Un par de compañeros recibieron perdigonazos en diferentes partes del cuerpo”. En tanto, efectivos policiales acusaron a los manifestantes de atacar a la fuerzas con armas de fuego: exhibieron ante los medios provinciales el escudo de una mujer policía con un orificio de bala de plomo.
Tras los incidentes, los trabajadores se agolparon en el monumento al trabajador petrolero, denominado el Gorosito, en el centro de la ciudad, para definir los pasos seguir. Fue entonces que vieron a Cotillo salir de un restaurante. Se acercaron, lo increparon y, tras un cruce de palabras, algunos manifestantes lo golpearon. El episodio culminó cuando un grupo de petroleros intervino para enfriar la situación. Los delegados de los petroleros mantuvieron ayer varias reuniones para analizar próximas medidas de fuerza para reclamar, además de las elecciones en el gremio, un repudio al desalojo. El gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, cabeza de la fórmula que integra Cotillo, repudió la protesta y responsabilizó a los trabajadores por poner en peligro la producción: “Nuevamente estamos a punto de ver quebrar la cadena de producción”, señaló. Su compañero de fórmula coincidió: “El gobierno no permitirá que haya un paro más”.
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