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Con un optimista discurso de Eduardo Duhalde, el Gobierno lanzó ayer la segunda etapa del diálogo –que denominó “mesa socio-laboral-productiva”– con la que aspira a avanzar en propuestas más concretas que las conclusiones un tanto vagas del primer capítulo. El único punto dudoso fue el sindicalismo: Hugo Moyano difundió un documento cargado de reclamos y, aunque más suave, Rodolfo Daer también planteó sus reparos a la política económica oficial.
Apenas asumió, el Presidente lanzó el Diálogo Argentino, una serie de contactos para buscar consensos que se plasmen en políticas concretas. Aunque ayer inauguró formalmente la segunda etapa, el verdadero trabajo recién comenzará el sábado, cuando se reúnan las tres comisiones: una dedicada a la empresa y la generación de empleo; otra orientada a las políticas sociales y las nuevas condiciones de trabajo, y la tercera centrada en la concertación de la seguridad social.
“Tengo una confianza enorme en el resultado de esta concertación social. Los invito a que trabajemos juntos y que las decisiones que tomemos sean apoyadas por todas las fuerzas políticas, sociales y espirituales de la sociedad”, sostuvo el presidente durante su discurso.
Lo escuchaban, por el Gobierno, la primera dama Hilda “Chiche” Duhalde, el ministro de la Producción, José de Mendiguren; el vicejefe de gabinete, Juan Pablo Cafiero y el senador Antonio Cafiero. Había empresarios, como Eduardo Baglietto, de la Cámara Argentina de la Construcción, Osvaldo Cornide, de CAME, Jorge Aguado, de IDEA, Enrique Crotto, de la Sociedad Rural, Mario Raiteri, de Coninagro. Los garantes fueron el representante de la ONU, Carmelo Angulo, y el obispo Artemio Staffolani.
La nota la dio Moyano, que participó del acto de ayer. El líder camionero se quedó con las ganas de hablar, pero difundió un documento en el que pidió la convocatoria del Consejo del Salario para elevar el mínimo a 450 pesos, aumentar la jubilación mínima a 400 pesos y anular el descuento del 13 por ciento. No fue el único descontento: la CTA y los organismos de derechos humanos había sido invitados pero prefirieron no asistir.