Miércoles, 25 de enero de 2012 | Hoy
EL PAíS › RANDAZZO SE METIó EN LA DISCUSIóN SOBRE EL FUTURO DE MOYANO
Un día después de que el gobernador Daniel Scioli le pidiera al titular de la CGT que revea su paso al costado del PJ, el ministro del Interior señaló que “si uno renuncia a un lugar es para irse”. Plaini ratificó la decisión de Moyano.
Por Julián Bruschtein
Los cruces verbales y políticos entre el Gobierno y el moyanismo están a la orden del día. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, salió ayer a recordar que “cuando uno renuncia a un lugar es para irse”, aludiendo a la renuncia al Partido Justicialista (PJ) que el líder de la CGT hizo pública en un acto en diciembre. El diputado y dirigente del gremio de los canillitas, Omar Plaini, sostuvo que Hugo Moyano “ya tomó una decisión política”, pese al pedido del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, para que continúe en el PJ nacional.
“Yo soy de los que creen que cuando uno renuncia a un lugar es para irse”, enfatizó Randazzo, enviándole un claro mensaje político al titular de la CGT, que anunció su renuncia al PJ hace más de un mes y, según indicaron fuentes partidarias, “todavía no hay ninguna nota formal que haya llegado a la sede del partido”. El tironeo entre el Gobierno y el jefe de la CGT es constante y se hizo explícito con el descontento mostrado por los sindicalistas al recibir muchos menos lugares que los que esperaban en las listas de diputados para las elecciones de octubre del año pasado y “la falta de respuesta del Gobierno a la agenda que los trabajadores llevamos adelante”, señaló un gremialista a Página/12 apuntando “la suba del mínimo no imponible de Ganancias y de las asignaciones familiares”.
Después de fuertes e intensos tironeos, el secretario general del gremio de los camioneros realizó un acto el 15 de diciembre pasado en la cancha de Huracán. Reunió allí a los afiliados a su sindicato y dio un discurso en el que confrontó por primera vez directamente con el gobierno nacional. Allí renunció a los cargos que tenía en el PJ –vicepresidente a nivel nacional y presidente a nivel provincial– alegando que el partido se había transformado en “cáscara vacía”. Incluso le contestó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando sostuvo que “ahora parece que somos chantajistas y extorsionadores”, parafraseando el discurso presidencial de asunción del segundo mandato, cuando se refirió al “derecho de huelga, pero no de extorsión ni de chantaje”, refiriéndose a una medida que habían realizado trabajadores de petroleras y docentes en Santa Cruz, que “generó diez millones de dólares de pérdida por día al Estado”.
Desde las filas moyanistas aseguraron a este diario que “no hay vuelta atrás en la decisión de Moyano de renunciar al PJ”. Plaini también ratificó que era una “decisión tomada” y explicó que “si no hay un cambio en el rumbo, no tiene mucho sentido seguir al frente de un partido donde pareciera que están cerradas las puertas de la discusión, del debate, del análisis, que es lo que corresponde a cualquier partido”. La falta de diálogo entre ambos sectores es de larga data, aunque se mantengan algunos canales entre segundas líneas. Por eso Plaini planteó que “si el Gobierno se sentó con la nueva cúpula eclesiástica, con Paolo Rocca de Techint y conversa permanentemente con la Unión Industrial Argentina, ¿cuáles son los impedimentos para conversar con la CGT?”, mostrando de qué forma entienden que están repartidas las cartas en la mesa. A ese panorama se suma la posición dura que mantiene el adjunto de los camioneros, Pablo Moyano, que advirtió sobre una “movilización a la Plaza de Mayo el viernes” en caso de que no prosperen los reclamos que está exigiendo su gremio.
La salida de Randazzo a apurar la renuncia de Moyano en el PJ parece ser una respuesta a la reunión que mantuvo el líder de la CGT con el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, en la que el gobernador Scioli le solicitó vía telefónica que recapacitara sobre la renuncia partidaria. En el tire y afloje se entrecruzan las tensiones por el PJ junto con la interna por la conducción de la CGT. El encuentro del gobierno bonaerense con Moyano se da en momentos en que el vicegobernador kirchnerista, Gabriel Mariotto, se estuvo mostrando cerca del dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, uno de los hombres que el Gobierno ve con buenos ojos para asumir al frente de la central obrera cuando finalice el mandato de Moyano, en junio.
“Hace tiempo que no hay una reunión orgánica entre el Consejo Directivo de la CGT y la Presidenta, pero seguramente la va a haber”, señaló el secretario general de los peones de taxi, Omar Viviani, bajando los decibeles del enfrentamiento a pesar de que el propio Randazzo ya había redoblado la apuesta: “Si los dirigentes sindicales representan verdaderamente los intereses de los trabajadores, no debería haber ningún tipo de inconveniente con las políticas que lleva adelante el gobierno nacional”, señaló el ministro.
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