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Con una agenda cargada y mucha expectativa, pocos minutos después de este mediodía la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dará inicio a un nuevo período ordinario de sesiones del Congreso de la Nación ante la Asamblea bicameral, en lo que representa, virtualmente, el puntapié inicial para el año político. Será la quinta vez que la mandataria encabece esta ceremonia y la primera de su segundo período presidencial, por lo que se espera que, además de un repaso de los logros alcanzados y de la inevitable coyuntura, ensaye un panorama de lo que serán los ejes de su gestión. Todo parece indicar que, de todas formas, los temas que la mantienen ocupada en estos días, de los que habló el lunes en Rosario (transporte, energía, trabajo en negro, Malvinas), tendrán protagonismo, aunque no se descarta que tire alguna novedad sobre la mesa.

Quince minutos antes de las diez de la mañana es el horario en el que se abrirán las puertas del Congreso para recibir a los senadores y diputados, al cuerpo diplomático, los gobernadores, funcionarios del gobierno nacional e invitados, que incluirán a dirigentes políticos, sociales y de derechos humanos, empresarios y sindicalistas, como acostumbra a hacerlo este gobierno. A las once dará comienzo “la solemne apertura de las Sesiones Ordinarias del Honorable Congreso de la Nación”, según detalla el decreto 275/2012, firmado por CFK y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y publicado ayer en el Boletín Oficial.

A esa hora, el titular del Senado, Amado Boudou, hará sonar la famosa campana dando inicio formal a la sesión. También se izará la bandera y se designará a las comisiones de recepción, que lo acompañarán, a él y a su par de la Cámara baja, Julián Domínguez, a la explanada principal, por donde estará llegando, sobre el filo del mediodía, la Presidenta. Pocos minutos más tarde, por cadena nacional, CFK echará a rodar la pelota con un discurso que, a juzgar por los antecedentes, dejará tela para cortar. Hace un año, la Presidenta anticipaba el conflicto con la CGT moyanista, pedía por la ley de Tierras y advertía a la militancia que no se hicieran los rulos respecto de su reelección; hace dos, reemplazaba un DNU por otro para destrabar las reservas del Banco Central para utilizarlas en el pago de deuda.

Este año, una serie de temas dominan la agenda y seguramente formen parte del discurso que hasta el momento de hacerlo público permanece en el más hermético secreto. El diferendo con el Reino Unido por la soberanía del Atlántico Sur, la crisis de los esquemas de transporte y de energía, que requieren un urgente replanteo, y la incorporación al mercado formal de los trabajadores en negro pueden conformar la columna de su mensaje de este mediodía, según confían cerca suyo.

“En general, la Presidenta siempre los 1º de marzo cumple con dar información sobre el estado general de la Nación, después tiene una definición sobre coyuntura y en este caso, que es su primera apertura de sesiones de este período, quizá reafirme los objetivos que se plantea para los próximos años”, especuló un experimentado congresista. Otro, que está haciendo, en cambio, sus primeras armas, anticipó “algún planteo político respecto de lo que viene” y algunas sorpresas: “El kirchnerismo se caracterizó por incorporar la agenda del pueblo al Estado. Puede haber alguna novedad por el lado de los derechos de las minorías, como una nueva ley de adopción o una de identidad de género”.