El gobierno de Santa Fe y la bancada de diputados de Unión-PRO de esa provincia cruzaron acusaciones tras la denuncia de los legisladores por el alquiler de un salón de fiestas destinado a actividades y oficinas públicas por un millón y medio de pesos, en medio del debate en la Legislatura de una reforma tributaria impulsada por el oficialismo para mejorar las cuentas fiscales. El macrismo acusó al gobierno del socialista Antonio Bonfatti de llevar adelante “una administración que no cuida los dineros del erario público”, mientras que el ministro de Gobierno santafesino, Rubén Galassi, sostuvo que el PRO siente “un profundo rechazo o desprecio por las políticas culturales”. “Estamos cada vez más convencidos de que votar favorablemente un aumento de impuestos tal como lo plantea el Frente Progresista es darle un cheque en blanco a una administración que no cuida los dineros del erario público”, señaló el diputado local Federico Angelini, del PRO. El ministro Galassi respondió ayer que “lo que él denomina ‘salón de fiestas’ se trata nada más ni nada menos que de un sitio emblemático de la ciudad de Santa Fe que tiene valor cultural y patrimonial”.