Jueves, 23 de agosto de 2012 | Hoy
EL PAíS › CONTINUó LA DECLARACIóN DE PONTAQUARTO EN EL JUICIO POR LOS SOBORNOS EN EL SENADO
El ex secretario parlamentario contó que aceptó entregar los sobornos porque, como le dijo Genoud, era “cuestión de Estado” aprobar la reforma laboral. Habló de sus problemas de conciencia y admitió que cobraba tres mil pesos mensuales de la SIDE como retribución.
Por Laura Vales
¿Cuáles fueron las motivaciones de Mario Pontaquarto? ¿Por qué confesó el pago de las coimas y qué credibilidad tiene lo que dice? Este fue el tema de la audiencia de ayer en el juicio oral por el pago de sobornos para la aprobación de la ley de flexibilización laboral. Pontaquarto declaró por segundo día consecutivo; el martes había puesto en claro que fue el ex presidente Fernando de la Rúa el que decidió los pagos de las coimas, y ayer pasó al relato de las tribulaciones que sufrió después de repartir el dinero: los miedos y dificultades de conciencia de un funcionario que de todos modos siguió por bastante tiempo dentro del sistema. Y cómo: la SIDE le pagaba todos los meses un sueldo de tres mil pesos. Pontaquarto lo cobró hasta diciembre del 2001, cuando cayó el gobierno de la Alianza.
De la Rúa escuchó la declaración completa, sentado en el medio de sus dos defensores. Al ex presidente se lo ve envejecido. Tiene la espalda encorvada y está menos atildado. El pelo, ya del todo blanco y un poco largo, le tapa el cuello de la campera. Ayer tenía la intención de ampliar su indagatoria, pero la declaración quedó pospuesta porque Pontaquarto no terminó la suya.
El ex secretario parlamentario habló desde las once de la mañana hasta las tres de la tarde. Guiado por las preguntas de su abogado defensor, habló no sólo de las razones que lo convirtieron en un arrepentido, sino que también intentó explicar por qué aceptó ocuparse de pagar las coimas. Dijo sobre esto que el gobierno de la Alianza consideraba que la ley era de una importancia clave, “una cuestión de Estado”, y que él vivía con orgullo ser parte del gobierno.
¿Por qué una cuestión de Estado? El arrepentido aseguró que así se lo definió su entonces jefe en la Cámara alta, el (ex) senador mendocino José Genoud. Después dio su propia lectura: “Yo creo que (el gobierno de la Alianza) quería demostrar que el Senado del 2000 no era el Senado del ’84-’85 que tuvo Alfonsín, que le frenó la ley Mucci”, un intento de reformar el sistema sindical que el entonces presidente no pudo concretar por la oposición de los senadores peronistas. Los radicales gobernaban otra vez con un Senado dominado por el PJ, y estaban obsesionados con mostrar que no era lo mismo.
En la narración de Pontaquarto no hubo nada que vinculara a la ley de flexibilización laboral con motivaciones económicas de fondo, ni con la presión de los organismos internacionales de crédito. En cambio, su mirada estuvo puesta en cómo los radicales buscaban esmerilar por todos los medios a Carlos “Chacho” Alvarez, que presidía la Cámara alta. “Yo creo que también un poco era para mostrarle a Alvarez por dónde pasaba el poder en el Senado”, dijo en una de esas reflexiones ante los jueces del Tribunal Oral Nº 3.
Como es lógico, Pontaquarto dedicó una parte extensa de la declaración a explicar por qué se decidió a confesar. “Usted contó que uno de los factores que lo determinaron a hablar fue su hijo”, apuntó su abogado. “Sí, porque estaba orgulloso de su padre. Leandro tenía 14 años, me acompañaba al Senado, se sacaba fotos conmigo en la Cámara. Cuando empezó este movimiento yo aparecía mucho en los medios, en todos lados decían que yo había llevado la plata, que yo tenía operaciones con la SIDE”, recordó el ex secretario parlamentario. “Todas estas situaciones me fueron limando, tenía terror de que alguien le hiciera saber a mi hijo que yo era un corrupto, cosa que era cierta. Por eso hablé con él, se lo expliqué delante de su madre. Y eso fue una liberación.”
Sobre el sueldo que le pagó la SIDE dijo que se lo dieron durante toda la gestión de Carlos Becerra. El senador Genoud, su jefe, le había prometido que iba a recibir una parte de las coimas. “Pero no me dieron nada”, aseguró Pontaquarto. “Me habían dicho además que iba a salir del país con un cargo en el exterior”, pero eso tampoco se concretó. “Nadie cumplía lo que prometía”, consideró. Pero, para compensarlo, la SIDE le empezó a pasar el sobre mensual con tres mil pesos.
Los abogados de los otros procesados –el ex titular de la SIDE Fernando De Santibañes, el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y los ex senadores Augusto Alasino, Ricardo Branda, Remo Costanzo y Alberto Tell– le pidieron algunas aclaraciones, aunque todavía no les llegó el turno de formular preguntas. Esto sucederá en la próxima audiencia, cuando se reanude el juicio. Los defensores tendrán entonces su chance de intentar debilitar al testigo clave de la causa, poniendo el índice en sus contradicciones. Para eso, pidieron que ayer la audiencia incluyera la proyección de un largo reportaje que el arrepentido dio a la revista TXT cuando se decidió a confesar el pago de las coimas. La audiencia comenzará a las 10 de la mañana del martes.
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