Martes, 30 de octubre de 2012 | Hoy
EL PAíS › LA VERSIóN DEL DETENIDO CARLOS ASCAINI EN EL CASO QUE INVOLUCRA A LA POLICíA DE SANTA FE
Desde la cárcel, Ascaini asegura que fue “embagayado por la policía santafesina, por el comisario Alejandro Druetta y su gente”. Se presume que la policía intentó apartarlo después de un largo período de convivencia.
Por José Maggi
Según han hecho trascender, en Santa Fe había –entre otros– dos narcos conocidos: Aldo Totola Orozco, en Firmat, y Carlos Ascaini, en Villa Cañás. Bajo la conducción del detenido comisario Hugo Tognoli, los dos fueron detenidos con la misma cantidad de droga, un kilo de cocaína. Lo curioso es que Totola ya fue dejado en libertad: el juez invalidó el procedimiento en que se lo detuvo, consideró que los policías pusieron una cosa en el acta y declararon otra ante el magistrado y que lo mismo ocurrió con los testigos. Lo de Ascaini es todavía más inverosímil: el kilo de cocaína supuestamente era de azúcar y sólo había 40 gramos de estupefacientes. Ascaini, desde la cárcel, dice que está a un paso de la libertad. Llama la atención tanta supuesta ineficiencia: a simple vista parece que o bien existe un arreglo de impunidad o una torpeza que bate records. Como ya señaló este diario, en el ambiente policial hablan de “blanqueo”, que consiste en sacar de la cancha a narcos muy quemados y con los que hubo connivencia durante un largo período. La Justicia tendrá que investigar si eso es lo que ocurrió –o no– bajo la conducción del ahora preso ex jefe de la policía provincial.
Mientras tanto, desde la cárcel de Piñero, Ascaini da su versión, en diálogo con este diario: “No soy narco, fui embagayado por la policía santafesina, por el comisario Alejandro Druetta y su gente. En mi causa no hay escuchas hablando con policías, no hay escuchas porque la fiscal no tiene nada. Hoy se vende droga a una cuadra y media de la comisaría de Villa Cañas”. Ascaini llamó desde el penal para hacer su descargo. “El que le dio la droga que me plantaron a la policía santafesina preparó para que el reactivo diera positivo, pero era casi todo azúcar, con 40 gramos de cocaína, como prueba la pericia.” En rigor, ése es el resultado de la pericia química sobre el material secuestrado, que en los próximos días podría derivar en la libertad del hombre mencionado como uno de los dos narcos más importantes de la provincia de Santa Fe, cuya detención fueron exhibidas como logros de la era Tognoli.
–¿Quién lo detuvo?
–Me detiene la gente del comisario Alejandro Druetta, jefe de Drogas del departamento General López.
–¿Por qué dice que ese operativo es irregular?
–Porque ellos dicen que me encuentran parado en un camino y es mentira, no es así. Está demostrado con testigos que la camioneta estaba mirando para el otro lado. El arma que dicen que me secuestraron no tiene huellas mías y no sacaron huellas de esa bolsa que me pusieron. Si hubiesen sacado, estaban las de ellos, no las mías. Yo tengo dos armas legales, una 38 y una 40, las dos a nombre de mi mujer y con portación a nombre de mi mujer, ¿y voy a andar con una 9 (milímetros) limada...? Un loquito haría eso, y yo no soy un loquito, soy una persona que trabaja.
–Usted fue señalado por el comisario mayor Oscar Ledesma por vender droga merced a un arreglo que tenía con quien era el jefe de Drogas de la provincia, Hugo Tognoli.
–Eso lo tendría que explicar Oscar Ledesma, a quien no conozco, igual que a Tognoli, que lo conozco ahora por este tema y por la televisión. Jamás hablé con él ni con ningún integrante de la fuerza. En un momento yo recibí amenazas, que a mí me gustaría hacer públicas, del comisario Alejandro Druetta. Me decía que “a mí me banca la jueza tal”, y “vos con esto vas a quedar preso”. Se ve que a Druetta no le dio el presupuesto para embagayarme bien, porque me embagayó con un kilo de azúcar. Yo me estoy defendiendo. Yo en la causa de Tognoli no estoy imputado de nada y no me llamaron a declarar.
–¿De qué vive, cuál es su actividad?
–Mi esposa tiene un polirrubro, va a comprar ropa y juguetes a La Salada. Antes vendía fiambres en los negocios, y mi hermano los repartía. Y tenemos dos camiones trabajando en una empresa de transporte del pueblo.
–En su momento usted había dicho que la droga se la habían tirado adentro del auto...
–Sí, a mí me la plantaron la droga, lo hizo el comisario (Alejandro) Druetta.
–¿Pero qué sentido tiene plantarle un kilo de azúcar?
–No sé, eso es lo que no entiendo.
–Según el expediente de su detención por la policía santafesina, los efectivos transcribieron que usted gritaba si no sabían quién era, que con un llamado arreglaba todo con la gorra.
–Se ve que no lo pude arreglar, como dice la policía. Además son dichos de la policía. Lo que recuerdo es que Druetta, cuando me llevó a la Brigada de Drogas, me decía “si nombrás a tal te vas”. Hoy a una cuadra de la comisaría de Villa Cañás venden droga.
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