Martes, 5 de febrero de 2013 | Hoy
EL PAíS › REALIZARON UNA INSPECCIóN OCULAR DONDE FUE ASESINADO FERREYRA
El recorrido les permitió a los jueces, fiscales y abogados observar el lugar en el que se produjo el ataque de la patota ferroviaria a los trabajadores tercerizados. Hoy habrá una nueva audiencia en el juicio y el viernes empezarían los alegatos.
Por Ailín Bullentini
Jueces, fiscales, querellas, defensas y algunos de los 18 imputados recorrieron ayer los escenarios donde, el 20 de octubre de 2010, fue asesinado el militante de izquierda Mariano Ferreyra y fueron heridos sus compañeros Elsa Rodríguez, Ariel Pintos y Nelson Aguirre. El valor más importante de la inspección ocular fue el de posibilitar a los magistrados del Tribunal Oral en lo Criminal porteño Nº 21, Horacio Días, Diego Barroetaveña y Carlos Bossi, comprender el devenir de los hechos en los lugares exactos donde ocurrieron, luego de haber estado imaginándolos durante más de cinco meses sobre una maqueta especialmente diseñada para el juicio.
El recorrido, que se extendió hasta un local del Partido Obrero por pedido de uno de los abogados defensores de la patota acusada de instigar y llevar a cabo el asesinato, duró casi cuatro horas y fue filmado por Gendarmería. Las imágenes fueron integradas al expediente de la causa. En la audiencia de hoy, el TOC 21 continuará reproduciendo las escuchas telefónicas utilizadas durante la instrucción y, si ningún integrante de la decena de acusados que aún no rompió el silencio durante el juicio decide hacerlo, el viernes comenzarían los alegatos. Además del ex secretario de la Unión Ferroviaria José Pedraza, se mantienen en silencio el delegado Pablo Díaz, el barrabrava Cristian Favale –uno de los acusados de disparar el arma mortal– y varios policías.
Pasado el mediodía de ayer, el presidente del TOC 21, Días, decretó en el puente Bosch –la zona que conecta el barrio porteño de Barracas con la zona metropolitana de la localidad bonaerense de Avellaneda– el inicio de la inspección, que funcionó como una audiencia más del juicio que se desarrolla desde agosto de 2012 y ya cuenta con 55 jornadas. Por tal motivo, y bajo la necesidad de contar con un registro de cada uno de los acontecimientos que sucedieron durante el recorrido, Días manipuló un grabador de voz y efectivos de Gendarmería tomaron imágenes fílmicas.
Fuentes judiciales coincidieron en que la importancia indiscutible de la inspección ocular llevada a cabo ayer radicó en la posibilidad de pensar los hechos en el escenario mismo en que ocurrieron. Desde la querella de la familia del joven asesinado aseguraron que la constatación de la distancia entre las vías, lugar de la medida de fuerza que realizarían los tercerizados y manifestantes de partidos de izquierda, y el sitio donde Ferreyra recibió el tiro que lo mató “es impactante. Si cabían dudas de que el móvil de evitar el corte era una mentira, con la inspección se convierten en certezas”. Los siete policías imputados asistieron a la recorrida –ningún integrante de la patota ferroviaria participó– con la esperanza de poder refutar las pruebas que existen en su contra acerca de su inacción respecto de la persecución que los tercerizados sufrieron de parte de los ferroviarios. Sin embargo, sus defensas no aportaron ningún dato de relevancia.
Sin llegar a ser una reconstrucción, la comitiva judicial repitió, en cuatro horas, el camino que fue surcando la consecución de los hechos entre la mañana y las primeras horas de la tarde de aquel 20 de octubre de 2010. Partieron desde el puente Bosch porque aquel fue el lugar desde el que el grupo de tercerizados y militantes, entre ellos Ferreyra y los tres heridos, intentaron sin éxito subir a las vías de la ex línea Roca del ferrocarril para realizar reclamos laborales, desde donde los ferroviarios los echaron de las vías a piedrazos. Caminaron por la calle Luján y llegaron hasta la intersección con Santa Elena, donde los agredidos decidieron retirarse definitivamente. También pasaron por la esquina de Perdriel y Luján, donde cayó muerto Ferreyra, y la de Luján y Limay, donde se desplomó Rodríguez, con una bala alojada en su cabeza.
Entonces, jueces, fiscales, querellantes, defensores e imputados pasaron por donde fue agredido el equipo periodístico de C5N, el portón de la empresa de transporte Chevallier; subieron a las vías por el terraplén mencionado por los integrantes de la patota que declararon ante el TOC como el sitio por donde bajaron desde las vías a la calle antes de la persecución a los tercerizados y, desde allí, observaron las posiciones durante el primer encuentro entre tercerizados y ferroviarios. Caminaron cien metros por las vías, escenario de la concentración de los ferroviarios y de las primeras pedradas, desde la Estación Avellaneda a la de Yrigoyen; tomaron vista al estacionamiento del hipermercado ubicado en la zona este de Avellaneda –del otro lado de las vías respecto de los hechos fatales– en donde se ubicaron las fuerzas policiales aquel día. También fueron hasta una sede del Partido Obrero que se encuentra a siete cuadras de donde fue asesinado Ferreyra, a pedido del abogado del ex secretario administrativo de la UF Juan Carlos “Gallego” Fernández, Alejandro Freeland.
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