El gobierno de Irán publicará en los próximos días en el boletín oficial de ese país la resolución gubernamental por la cual se aprueba el memorándum de entendimiento con la Argentina por la causa AMIA. Parece evidente que Teherán no tenía los votos en el Parlamento para conseguir la aprobación, porque envió el texto del acuerdo al Majlis (Congreso) hace tres meses. No obstante, la Argentina aceptará la palabra oficial iraní y a partir de ese momento se pondrá en marcha el proceso previsto por el memorándum: primero un intercambio de cartas y luego las propuestas para conformar la comisión que supervisará los mecanismos para que los imputados iraníes, con orden de captura con alertas rojas de Interpol, declaren ante el juez federal argentino Rodolfo Canicoba Corral.

La aprobación iraní provocó dudas del lado argentino porque la idea, expresada en el punto seis, es que el texto iba a ser aprobado por ambos congresos. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner envió el acuerdo al Congreso para su aprobación y tras la votación de las dos Cámaras, el texto fue convertido en ley, promulgado y finalmente se publicó en el Boletín Oficial.

Del lado iraní estaba previsto el mismo proceso pero, como fue señalado por este diario, la votación en el Congreso se fue postergando. El domingo pasado, el gobierno de Mahmud Ahmadinejad decidió dar por aprobado el memorándum, aunque no tuviese el visto bueno del Parlamento. Esto fue comunicado públicamente ayer por el encargado de negocios, Alí Pakdaman.

Un dictamen presentado ayer por los responsables jurídicos de la Cancillería concluyó que Argentina no debe inmiscuirse en la forma en la que Irán aprueba el texto. Lo que se requiere es una comunicación oficial del Estado persa. Fuentes iraníes le adelantaron a Página/12 que en los próximos días el acuerdo y su aprobación serán publicados en el boletín oficial de ese país. “Si Irán dice oficialmente que aprobó el texto, señalando que cumple con el punto seis, la Argentina no puede poner objeciones diciendo que lo tienen que aprobar de otra manera”, señalaban ayer en la Cancillería. Desde el Palacio San Martín se emitió un comunicado en el que se adelantaba que “cuando la aprobación del memorándum sea recibida por los canales oficiales, se podrá proceder al intercambio de notas verbales que pondrán en funcionamiento dicho acuerdo”.

Como es obvio, el visto bueno sólo por parte del Ejecutivo le quita fuerza a la aprobación y le pone cierta cuota de incertidumbre. Más todavía teniendo en cuenta que el actual presidente, Mahmud Ahmadinejad, dejará el cargo el 3 de agosto y antes que eso, el 14 de junio, habrá elecciones presidenciales. Pese a lo espinoso del camino, el gobierno argentino decidió seguir adelante y avanzar todo lo posible apuntando a las indagatorias que permitan destrabar de alguna manera la causa AMIA.

Si efectivamente Irán publica en el boletín oficial la aprobación, el siguiente paso será el intercambio de notas verbales, firmadas por los dos cancilleres. A partir de ese momento, se encontrarán negociadores de las dos partes y empezarán a trabajar en el establecimiento de la comisión de juristas –Comisión de la Verdad, como dice el texto– que supervisará el proceso. Todo indica que no será sencillo porque, como se ha demostrado hasta ahora, los iraníes han dilatado las cosas y, además, están en pleno proceso electoral. El diagnóstico indica que las negociaciones serán largas y arduas.

Desde el punto de vista legal, la causa judicial no está frenada. El problema es que el fiscal Alberto Nisman imputa a los funcionarios iraníes, pero en los años transcurridos nunca se pudo conseguir que declaren ante el juez Canicoba Corral. Es más, el fiscal dice que tiene más pruebas que presentará en un dictamen en el que hace referencia a la matriz de otros atentados terroristas y –según sostiene– ello demuestra la marca iraní en el ataque a la AMIA de 1994. Tal vez pueda desplegar las anteriores y las nuevas pruebas ante los imputados. Aunque el camino a las indagatorias no parece fácil.

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