La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlo-tto, manifestó que tras el encuentro con el arzobispo José María Arancedo tiene la “esperanza” de llegar a “elaborar estrategias comunes con la Iglesia” para echar luz sobre casos de robo de bebés o desa-parición de personas en los que curas y obispos tuviesen información. “Nuestra sorpresa fue el documento que nos llevó, elaborado en noviembre del año pasado”, explicó sobre el compromiso que obtuvieron del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina para “exhortar moralmente a que los curas den la información que tengan sobre el paradero de nietos apropiados y sobre desaparecidos, o conozcan lugares de sepultura clandestino”. Concluyó que “habla del actual compromiso de la Iglesia con los derechos humanos y de resolver esas deudas pendientes producto de la dictadura militar”.

“Desde que sufrimos la desaparición de nuestros hijos, recurrimos a la Iglesia con la esperanza de que puedan ayudarnos”, relató ayer Carlotto en declaraciones radiales, donde recordó que “muy lejos de eso, nos enteramos de que la mayoría de los entonces prelados más importantes colaboraban con la dictadura, salvo honrosas excepciones”. Aseguró que la organización de derechos humanos que conduce no tuvo una respuesta oficial hasta 1998, cuando las recibió el papa Juan Pablo II en Roma. “Nos dijo que iba a rezar por nosotras, pero nunca hubo una acción definida”, criticó. Sin embargo, observó un cambio positivo desde la audiencia general que sostuvieron con Francisco el pasado 24 de abril en la plaza de San Pedro del Vaticano: “Nos dijo que contemos con él”.

Carlotto enmarcó el encuentro con el arzobispo Arancedo dentro del “actual compromiso de la Iglesia con los derechos humanos y de resolver esas deudas pendientes producto de la dictadura militar”. Comentó que la tomó por “sorpresa” el documento que les alcanzó el religioso. En el texto, elaborado en noviembre pasado por la 104º Asamblea Plenaria de los Obispos de la República Argentina, se plantea “exhortar moralmente a que los curas den la información que tengan sobre el paradero de nietos apropiados y desa-parecidos, o conozcan lugares de sepultura clandestino”. “Fuimos sorprendidas porque desconocíamos ese documento –aseguró– y es muy importante porque claramente expresa el compromiso de la Iglesia por resolver esas deudas pendientes producto del terrorismo de Estado”. “Permite poner en práctica estrategias comunes con la Iglesia”, concluyó.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo destacó el rol de Arancedo –hombre cercano al papa Francisco– en la redacción del documento. “Parte de la letra, la ha puesto él, de su propio deseo”, señaló. Además destacó que el presidente de la Conferencia Espicopal Argentina fue “alguien con quien siempre tuvimos una relación muy cálida y que inclusive nos acompañó a aquella entrevista del año ’98”. “Ahora nos recibió en su despacho y tuvimos oportunidad de retomar la tarea para acceder a la verdad sobre los crímenes del terrorismo de Estado”, afirmó.

También celebró la presencia de jóvenes católicos argentinos “en apoyo masivo al papa Francisco” durante la Jornada Mundial de la Juventud de la semana pasada en Brasil. “No nos cabe la menor duda de que esa juventud católica va a responder a este llamado de la Iglesia para alentar a los que saben algo a que hablen –asintió– y para que los chicos que tengan dudas sobre su identidad puedan acudir a los organismos de derechos humanos a resolverlas.”