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Un amplio sector de gremios estatales bonaerenses realizó ayer un paro de 24 horas en reclamo de un incremento salarial. Como parte de la medida de fuerza, miles de empleados públicos, médicos y docentes se manifestaron en distintos puntos de la provincia, cortaron rutas y autopistas, y dieron abrazos simbólicos a escuelas y hospitales. El gobierno ofreció a los sindicatos un aumento de 40 pesos para los haberes mínimos de los trabajadores. “Recursos hay, pero falta decisión política”, respondieron los dirigentes gremiales, quienes adelantaron que planean otro paro para la primera semana de agosto.
Las aulas de Buenos Aires no amanecieron vacías como durante otros días de paro. Esta vez, los maestros concurrieron a sus escuelas para explicarles a los padres de los alumnos el porqué de la medida. “Los papás se mostraron en su mayoría solidarios e incluso redactaron un petitorio que presentarán al gobernador Solá”, dijo Hugo Yasky, secretario general de Suteba, uno de los gremios que adhirió al paro.
El principal reclamo del sector docente, que coincide con el del resto de los sindicatos, es que el gobierno provincial implemente una recomposición salarial para los trabajadores. Según Yasky, en la provincia existen 63 mil docentes que cobran un sueldo menor a 400 pesos, quienes conforman “la nueva clase de indigentes bonaerenses, ya que no pueden alcanzar la canasta familiar de 411 pesos”.
Por la mañana, al comenzar la medida de fuerza, el subsecretario de Gobierno bonaerense, Roberto Mouilleron, confirmó que se les había ofrecido a los gremios “una readecuación del piso mínimo de sus salarios para llevarlo de 320 a 360 pesos, incluido al sector docente”. De aprobarse, el aumento que alcanza a alrededor de 70 mil empleados públicos se aplicaría a partir del 1º de agosto. En respuesta al ofrecimiento planteado en el seno de la mesa de concertación de la que participa la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el titular de la seccional Buenos Aires, Hugo Godoy, afirmó que “mientras desde el gobierno se dice que no hay recursos, nosotros presentamos un informe que demuestra que este año se recaudó mil millones de pesos más de lo que se había previsto. Por eso decimos que más que recursos, lo que falta es decisión política”.
Además del aumento salarial, el gremio estatal reclama el nombramiento de todo el personal bonaerense que trabaja en negro –que los dirigentes estiman en más de 20 mil–, y que se equipare el monto que reciben los empleados de la provincia en concepto de asignaciones familiares “ya que son sólo una cuarta parte de lo que se les paga a los que dependen de Nación”. Otro pedido del sindicato es que se establezcan asignaciones universales para los hijos de desocupados y para las personas mayores de 65 años que no cobran jubilaciones.
Por su parte, Miguel Lescano, el secretario del sindicato que reúne a los profesionales de la salud de la provincia (Cicop), explicó que uno de los pedidos específicos de su sector es el aprovisionamiento de los insumos hospitalarios. “El Ministerio de Salud ha planteado para este último semestre un recorte del 30 por ciento en la partida de insumos sobre una cantidad que, incluso hoy, es insuficiente. Aunque el gobierno lo llame desborde, esto ya constituye el colapso del sistema.”
Entre hoy y mañana los gremios volverán a reunirse para confirmar un nuevo paro de actividades para el 6 o 7 de agosto.

Informe: Martina Noailles.