EL PAíS › EL ACTO DE CIERRE DEL FRENTE RENOVADOR FUE EN GENERAL PACHECO

Cotillón y promesas de campaña

Sergio Massa hizo su última aparición proselitista con una puesta en escena similar a las del macrismo. Lo acompañaron los intendentes que decidieron sumarse a su espacio. Afirmó que “la sociedad exige que hablemos de futuro”.

Sergio Massa cerró ayer su campaña a diputado nacional por el Frente Renovador con promesas de reducir impuestos y retenciones, endurecer penas, descentralizar la Policía Bonaerense y “dejar de lado las banderitas políticas”. Rodeado de los intendentes que lo acompañan, con una puesta en escena similar a las del macrismo en un moderno microestadio de General Pacheco, el intendente de Tigre llamó a “dejar de discutir nuestra historia y construir el futuro aprendiendo de los errores del pasado”.

Luego de una hora y media de espera, con abundante cotillón, música a todo volumen, clima de fiesta y escasos indicios de que allí fuera a realizarse un acto político, Massa subió al escenario al trote pasadas las 20. Esbozó la V, pero en un segundo mutó por pulgar en alto. Cuando las trompetas arrancaron con el himno puso cara de solemnidad. Dijo buenas noches ocho veces y comenzó a agradecer. A los que se animaron a soñar y creer en una propuesta alternativa. A los intendentes. A militantes, ciudadanos y vecinos. A los equipos técnicos. A los que el 11 de agosto “nos convirtieron en la primera fuerza política de la provincia”. A la familia, amigos y a la “compañera Malena, una leona”. Por último, “a quienes nos agredieron, descalificaron, insultaron, porque nos permitieron reafirmar el camino de responder con propuestas”. Calificó al voto como “el derecho más sagrado”, el “minuto mágico”, y dijo que a partir del lunes tendrá “una enorme responsabilidad”, en particular “con una clase media enorme” y con los “pequeños y medianos empresarios y productores”.

“¿A qué vamos al Congreso?”, preguntó, y comenzó a enumerar. “A trabajar por la educación. Viene un tiempo nuevo en la Argentina, en el que la calidad educativa es fundamental”, arrancó, y prometió “descentralizar el fondo para las escuelas” y “promover programas de empleo joven”. Dijo que buscará “el abrazo entre la industria y el campo”, que planteará en Diputados la “desgrabación impositiva para las pequeñas y medianas empresas que den empleo y reinviertan sus ganancias”, y pidió a los empresarios “que incluyan a los jóvenes”. “No los queremos tirados en las esquinas”, dijo. La agenda de promesas siguió con la “rebaja de retenciones al trigo y eliminación del ROE”, el registro de exportaciones agrícolas. Sobre las asignaciones familiares y el Impuesto a las Ganancias no habló de reducción, sino de “actualización por ley”, para evitar “la discrecionalidad de los funcionarios”. “Que la Asignación Universal por Hijo quede por ley, para que no dependa de nadie”, agregó.

Massa prometió “trabajar por la inclusión” y planteó “usar parte del impuesto al tabaco y al alcohol para los clubes de barrio”. “El principal pedido que nos hicieron las madres a lo largo y ancho de la provincia fue luchar contra la droga y el narcotráfico”, dijo. “No queremos a nuestros pibes envenenados”, aseguró, y prometió “perpetua para los narcotraficantes y asimilación de (la pena aplicable al) homicidio a los que colaboran”. Habló de la “descentralización de la justicia”, de la importancia de tener “jueces y fiscales en cada distrito”, y así llegó al caballito de batalla: “El reclamo unánime de luchar contra la inseguridad”. En “cada rincón de la provincia” dijo haber encontrado “miedo, temor, angustia” y abuelos “agradecidos porque les robaron cuatro veces pero no los mataron”. Como respuesta, prometió “ley de policías municipales, para que cada intendente sea jefe de policía”. Insistió con las “cámaras de videovigilancia” y con “cambiar el Código de Procedimientos (penales) para terminar con la puerta giratoria para los delincuentes”. Dijo que va a “pelear por un Indec autárquico” y “contra la inflación”.

En la última parte de su discurso hizo “una convocatoria amplia, generosa”, dirigida “a aquellos de buena fe que quieren vivir en un país mejor”. “No importa que vengan del radicalismo o del vecinalismo”, aclaró. Propuso “a todos los sectores discutir política de Estado”, “abandonar las miserias, las mezquindades, dejando de lado las banderitas (sic) políticas y poniendo por delante el interés colectivo”. Habló de “dejar de discutir nuestra historia y construir el futuro aprendiendo de los errores del pasado”. Citó al presidente Arturo Frondizi para proponer “extirpar de raíz el odio”, y al cardenal Jorge Bergoglio (ahora papa Francisco) para “construir la unidad en la diversidad”.

En el cierre convocó “a todos aquellos que tienen responsabilidades políticas”, dijo que “siempre es mejor la propuesta que el agravio” y que “la sociedad exige que hablemos de futuro”. Un cañón empezó a disparar papelitos de colores, la música volvió a ensordecer y de fondo se alcanzó a escuchar un último grito de Massa: “otro país es posible”. Entonces subieron al escenario todos los intendentes y amigos de la casa y comenzó una larga serie de abrazos.

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El saludo de Sergio Massa en su último acto de campaña antes de las elecciones.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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