El Tribunal Oral Federal de San Luis comenzó a escuchar ayer los testimonios de víctimas que sufrieron privación ilegítima de la libertad, tormentos y torturas, en la cuarta jornada de audiencias del segundo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en esa provincia durante la dictadura. Quienes declararon fueron Lilian Videla, copresidenta de la APDH San Luis, y Ana María Garraza, titular del Observatorio de Derechos Humanos de la municipalidad puntana, integrantes de una lista que en total abarca a 160 testigos. Videla hizo un relato detallado de su secuestro y de los lugares donde permaneció privada de la libertad durante dos años y medio, lapso en el que sufrió tormentos y torturas, y fue testigo de los apremios ilegales que sufrieron varias personas que estaban en cautiverio. En relación con su secuestro, mencionó al ex jefe de la policía provincial Esteban Plá, que está entre los acusados en este proceso, y a David Becerra, ex jefe de Inteligencia de la policía, quien falleció mientras cumplía la condena que recibió en el primer juicio por delitos de lesa humanidad realizado en San Luis en 2009. También dijo que el entonces obispo de San Luis, Juan Rodolfo Laise, estaba al tanto de la situación de los presos políticos y que, en lugar de protegerlos, los delataba a las fuerzas de seguridad. Por su parte, Ana María Garraza narró la violenta detención que sufrió junto a su hermana y sus padres; estuvo secuestrada siete años. Al igual que Videla, destacó las relaciones que el obispo Laise mantenía con las fuerzas militares y policiales.