EL PAíS › OPINIóN

Alarmas

 Por Mario Goloboff *

¿De qué se alarman las buenas conciencias de la sociedad? ¿Las declaraciones del señor Jaime Duran Barba sorprenden a gente autodenominada democrática y a alguna más que, sinceramente, lo es? ¿Excitan a dirigentes de la comunidad judía? ¿Es la primera vez en la historia argentina que especímenes de una derecha radical reivindican a otros lejanos, de otras derechas radicales, quienes, más allá de algunas formas y de una confesada brutalidad, coinciden con ellos en lo esencial?

Cuando conocidos periodistas, vanidosos como él y, como él, cínicos y audaces, entrevistaban, embobados por su éxito, al publicitario en cuestión, y se mostraban seducidos por su razonamiento frío, por su discurso realista, por sus manipulaciones desembozadas, por su utilitarismo de las conciencias, por su capacidad de persuasión, ¿ignoraban el fondo conceptual, puramente especulativo y sin escrúpulos, que alentaba la expresión? ¿No estaba éste a la vista?

Cuando fue denunciado por el senador Daniel Filmus por sucias maniobras telefónicas durante las elecciones de 2011 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con las que manchaba calumniosamente al padre de aquél (judío, casualmente); cuando él mismo confesó en escritos que a veces había llevado a candidatos al borde de la locura y del suicidio; cuando se jactó ante cámaras de que su única moral era la de la obtención del poder para sus empleadores a cualquier precio, ¿qué hicieron, qué pensaron, cómo, cuánto se indignaron aquellas caritativas almas?

Tengo para mí que más bien poco. Porque el campo de coincidencias y de afinidades era cada vez mayor; porque sus mecanismos se coaligan para producir figuras exitosas como esta, digan lo que digan y piensen como piensen; porque lo propio de la derecha ideológica que se dice apolítica es la “realpolitik” que, como indica su propia definición, aboga por la defensa de los intereses de un país o de un grupo de acuerdo con las circunstancias de su entorno, en lugar de seguir principios éticos, teóricos o morales.

En tal sentido, este es, me parece, para ellos, sólo un incidente del camino. Ya se olvidará, deben pensar. Y con el tiempo se naturalizará. Hasta ser mansamente aceptado por el voto de la mayoría de nuestra honesta sociedad porteña.

* Escritor, docente universitario.

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