Lunes, 18 de noviembre de 2013 | Hoy
EL PAíS › LA RELACIóN DE DURAN BARBA CON EL PRóFUGO MáS BUSCADO DE ECUADOR
Ronald Andrade Echeverría llegó a ocupar una banca en la Cámara de Diputados ecuatoriana por recomendación del asesor de Macri. La Justicia lo busca por el asesinato de cuatro personas en una propiedad suya y lo vincula con el narcotráfico.
Por Gustavo Veiga
Uno de los prófugos por asesinato y vínculos con el narcotráfico que hoy lidera el ranking de buscados en Ecuador, Ronald Andrade Echeverría, es un ex diputado que pasó por el Congreso de su país gracias a los buenos oficios de Jaime Duran Barba, el principal asesor del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. En 1999, el consultor político era un funcionario clave en la presidencia de su amigo, Jamil Mahuad. Ocupaba la estratégica Secretaría de Administración Pública. Ramiro Rivera lideraba en el orden nacional el partido Democracia Popular, una fuerza aliada del primer mandatario. Este último confesaría tiempo después que el fugitivo había alcanzado la banca por “un pedido de Duran Barba”. Transformado en legislador por la provincia de Pichincha sin siquiera haber sido votado, el recomendado tuvo una carrera política efímera. Pero mucho más tiempo lleva en la clandestinidad, desde enero de 2007 cuando en su hacienda de Campo Serio fueron asesinadas cuatro personas. La oda a Hitler del polémico consejero ecuatoriano repercutió en su país e hizo que, ahora, resurgieran detalles de su pasado político, como la incómoda relación que mantuvo con el hombre que buscan hace casi siete años Interpol y la Policía Nacional de Ecuador.
Andrade, antes de esfumarse sin dejar rastros, comentaba “con orgullo” la recomendación de Duran Barba y reivindicaba su amistad con él y el depuesto presidente Mahuad. El prófugo, un acaudalado hacendado de 44 años nacido en la provincia de Imbabura, ubicada al norte de Ecuador, figura buscado por asesinato en la página de Interpol. La policía local le agregó a su prontuario el “tráfico de sustancias estupefacientes”. Además, que tiene “una boleta de detención” emitida por el juez segundo en lo Penal de Imbabura, el 9 de noviembre de 2007, y tres más “de prisión preventiva” por magistrados de aquella jurisdicción y también de Pichincha.
Por información sobre el paradero de Andrade se ofrece una recompensa de 5 mil a 20 mil dólares. En Ecuador se fija una calificación para cada buscado y el ex diputado tiene 75 puntos. La acusación que pesa sobre él se originó en su relación con el narco Oscar Caranqui Villegas, condenado a 25 años de prisión por los cuatro asesinatos producidos en la finca del ex diputado. Hasta allí, según las primeras informaciones, aquel había mandado a un grupo de matones para que Andrade pagara una deuda de 140 mil dólares. Pero el objetivo de la visita sería bien distinto. La Corte Nacional, en noviembre de 2012, rechazó un recurso de los siete condenados por la matanza. Caranqui y dos más por ser autores intelectuales y los cuatro restantes por autores materiales.
Entre otros ilícitos, la Corte dio por probado que la hacienda del todavía prófugo estaba hipotecada a favor de Anabella Mora Padilla, la esposa de Caranqui Villegas, quien apelaba con frecuencia a sicarios para despejarse el camino de enemigos. La banda que cometió los crímenes era ecuatoriano-colombiana y el jefe narco –como se comprobó en el juicio– quería sacarse de encima a varios de sus hombres que sabían demasiado antes que, presumiblemente, amedrentar a Andrade. El ex diputado sería un testaferro del capo ahora detenido. “Masacre destapa lazos entre ex diputado y narcotraficante”, tituló el periódico Intag, de Cotacachi –el cantón en el que ocurrió el hecho–, en febrero-marzo de 2007.
Los asesinatos ocurrieron el 10 de enero de 2007, mucho después de que en febrero del ’99 Duran Barba promoviera para ocupar una banca en el Congreso al prófugo ex diputado. Desde la Secretaría de Administración Pública, el consultor nacido en Quito el 5 de diciembre de 1947 era el responsable de las relaciones políticas con el Parlamento durante el gobierno de Mahuad. Según Rivera, el líder de la diluida Democracia Popular (DP) –sucedánea de la Democracia Cristiana–, Duran Barba impulsó la entrada de Andrade al Congreso.
Los medios periodísticos ecuatorianos de la época le atribuyen que sabía de la convocatoria que le haría Mahuad a la diputada Rosángela Adoum para ocupar el Ministerio de Educación. Cuando el presidente la designó para ese cargo, la vacante en la DP que se produjo en la Cámara por la provincia de Pichincha la cubrió Andrade. Lo que no se ignoraba oficialmente por entonces –ni Duran Barba podía desconocer dado su cargo– es que el ahora prófugo, un día antes de jurar como legislador el 18 de febrero de 1999, hizo una declaración de bienes en la cual quedó demostrado que la mayoría (dos casas, un lote urbano, seis fincas) no se encontraban inscriptos en el Registro de la Propiedad.
La única hacienda que estaba a nombre de Andrade era la de Campo Serio, donde ocurrieron los cuatro crímenes en 2007. Investigaciones posteriores confirmaron que la compró a precio vil cuando su dueño anterior, Galo Montayo, no pudo afrontar una deuda con el Banco de Fomento. El prófugo la tenía clara. Decía cuando era diputado que tenía “muy pocas ganas de proseguir en la política mientras ella siga manejada con la estupidez y voracidad con la que actualmente se la maneja en el país”. Su objetivo era otro y la política, una herramienta para alcanzarlo.
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