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A poco más de dos meses de asumir la presidencia, Néstor Kirchner no parece tener que preocuparse demasiado por lo que su figura y sus actos de gobierno generan en la sociedad. Su imagen positiva se mantiene en niveles ostensiblemente altos, llegando al 90,9 por ciento. La buena respuesta de la gente no se limita a lo personal, sino que además se corrobora a nivel de gestión, ya que recibe un respaldo del 71,4 por ciento. Sin embargo, no son todas rosas para la nueva administración: pese a las voces de la Casa Rosada que insisten en hablar de un descenso, aunque leve, de la desocupación y la pobreza, la gran mayoría no percibe lo mismo.
Los datos surgen de una encuesta realizada por la consultora Equis entre 960 personas de la región metropolitana del Gran Buenos Aires. La muestra, efectuada entre el 19 y 22 de julio, se hizo en base a entrevistas personales.
El titular de Equis, Artemio López, entregó el trabajo a Kirchner en la noche del lunes. Se trata del último Estudio de Opinión y Coyuntura Socioeconómica que ingresó a la Casa Rosada y que el consultor actualiza quincenalmente.
En la evaluación de imagen positiva Kirchner saca una contundente ventaja sobre un listado heterogéneo de dirigentes políticos. Así, el mejor posicionado, detrás del 90,9 por ciento del presidente, es Eugenio Zaffaroni, candidato oficial a integrar la Corte Suprema de Justicia, con el 56 por ciento. En orden decreciente le siguen Miguel Bonasso (49,4), Mauricio Macri (49,2), Jorge Telerman (47,7) y Luis Zamora (47,1). Se trata de candidatos porteños.
La buena imagen de Kirchner supera la intención de voto que las encuestas le daban al actual presidente para la segunda vuelta con Carlos Menem, una elección que finalmente no se realizó por la decisión del ex mandatario de no competir. Desde ya que imagen e intención de voto no son lo mismo, pero ambas revelan en este caso el alto grado de consenso social que viene logrando el santacruceño.
Tan es así que el 81,4 por ciento de las personas encuestadas reconoce que lo actuado por el Gobierno en apenas dos meses supera las expectativas respecto de lo que esperaban de él al asumir Kirchner.
Una demostración contundente de lo que piensa la gente podrá leerse en las declaraciones de Eduardo Duhalde. El ex mandatario calificó ayer con 10 puntos la gestión de su sucesor. Su voz nunca desentona de lo que dicen las encuestas, ya que es un adicto a este tipo de mediciones (ver página 5).
Otra muestra del respaldo que está logrando Kirchner son las voces coincidentes que surgen en la Capital desde las filas de Aníbal Ibarra y Mauricio Macri, quienes se disputan la Jefatura del Gobierno porteño. Es pública la alianza de Ibarra con el kirchnerismo, y eso lo refleja el abanico de boletas que avalan su candidatura. Pero también dirigentes como Diego Santilli, hoy integrante de las listas del presidente de Boca, reivindica haber trabajado a favor de Kirchner en la campaña y asegura que seguirá haciendo lo mismo si asume como legislador porteño.
Este grado de consenso social se puede cotejar en distintos tópicos abordados por la encuesta sobre las últimas medidas del Gobierno. Por ejemplo, que el 92,8 por ciento considera positiva la avanzada oficial sobre los desarmaderos de autos; que el 63,8 aprueba la decisión de facultar a los jueces de paz para resolver cuestiones penales, y que el 58,8 coincide con el Presidente en que las extradiciones no afectan la soberanía.
El flanco débil de la actual gestión se vislumbra en el área social. En las próximas horas los ministros de Economía, Roberto Lavagna, y de Trabajo, Carlos Tomada, anunciarán los nuevos índices de desocupación. Los datos preliminares del Indec hablan de un descenso de poco más de un punto. La tasa pasaría del 17,8 al 16,4 por ciento. Sin embargo, la gran mayoría de los consultados –un 67,3 por ciento– no percibe esa mejora. En esa misma línea, por ahora no genera ninguna expectativa la lucha contra la pobreza. El Gobierno le ha puesto el moño al proyecto El Hambre Más Urgente. No obstante, si bien plausible, esa tarea no incide en los índices de pobreza, que alcanzan a casi el 60 por ciento de los argentinos.