“A Hugo Chávez, como a Néstor, definitivamente los custodian sus pueblos”, manifestó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante un breve discurso con el que cerró su participación en la misa de homenaje al ex presidente venezolano que se llevó a cabo en la iglesia Nuestra Señora de Caacupé, situada en la Villa 21.24 del barrio porteño de Barracas, a un año de su muerte. De blanco, con una flor de ese color en el pelo y una cruz de ceniza en la frente, CFK se dirigió a los vecinos y militantes que se habían acercado a recordar al líder bolivariano.

En su primera aparición pública de la semana, la jefa de Estado participó de la ceremonia. Mientras que el vicepresidente, Amado Boudou, fue el encargado de representar a la Argentina en actos oficiales que tuvieron lugar en Caracas (ver recuadro), la jefa de Estado participó de esta ceremonia convocada por organizaciones políticas y sociales en conmemoración del primer año sin Chávez.

El ex presidente venezolano se encuentra sepultado “en medio de las barriadas populares, ése era el lugar donde él pensó y soñó con esa Venezuela que luego construyó”, recordó CFK a quien fuera su par venezolano. “Uno puede ver ese Cuartel de la Montaña, que es muy lindo, rodeado de barrios populares. Es como si su pueblo, los pobres, estuvieran custodiándolo –dijo la Presidenta–. Más allá de que también lo custodian, obviamente, las fuerzas armadas y todo lo demás, pero a Hugo Chávez, como a Néstor y como a otros, los custodian definitivamente sus pueblos.”

Fernández de Kirchner arribó a la llamada Villa Zavaleta alrededor de las seis de la tarde, donde fue recibida por vecinos del barrio, militantes, comuneros y organizaciones sociales y políticas, que esperaban entre canciones parroquiales la llegada de la mandataria y el inicio de la misa de comienzo de Cuaresma, que coincidió con el homenaje. Cristian Heredia, referente de la agrupación Patria Grande y presidente de la junta vecinal de la 21-24, se mostró contento con la visita: “Que la Presidenta haya elegido este barrio es significativo porque Latinoamérica, pura, entera, vive en las villas de la Ciudad de Buenos Aires”, dijo.

Por su parte, uno de los curas de Nuestra Señora de Caacupé, conocido por los vecinos como padre Toto, sostuvo que la visita presidencial “reivindica el trabajo de los curas villeros que hoy estarán oficiando la misa”, y recordó que “Chávez hacía hincapié en que el socialismo del siglo XXI tenía que ser un socialismo cristiano”. En tanto que otro de sus compañeros, el padre Juan, pidió rezar “por la vida, la paz y la democracia para nuestro país y todos los de América latina”.

Durante esta actividad, la Presidenta estuvo acompañada por el embajador de Venezuela en la Argentina, Carlos Martínez Mendoza; la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, entre otros funcionarios. También participaron legisladores porteños como Quito Aragón, Pablo Ferreyra y José Campagnoli, quien señaló que el homenaje “da cuenta de la profundidad y el futuro que tiene el sueño de la patria grande”.

En ese marco, el embajador Martínez Mendoza expresó su agradecimiento “al pueblo argentino, a la Presidenta y a su gobierno, por este recordatorio, que demuestra que ambos pueblos siguen entrelazados viviendo la construcción de un camino de unidad latinoamericana”. El diplomático destacó que el homenaje se llevara a cabo en una villa: “Estoy seguro de que Hugo Chávez estaría muy contento de que esta misa se esté dando acá, porque donde hay sectores populares y desposeídos es donde tenemos que seguir trabajando, porque son los sectores a los que tenemos que seguir mejorándoles las condiciones de vida”.