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El juicio político contra el fiscal José María Campagnoli está cada vez más empantanado. La integrante del tribunal que había pedido licencia médica por estrés, María Cristina Martínez Córdoba, ayer directamente renunció a ejercer ese cargo. Ella era representante por la Defensoría General, organismo que ya sorteó el nombre de un reemplazante y le tocó al defensor platense Nicolás Toselli. Pero entre el resto de los integrantes del jurado por la tarde reinaba el desconcierto porque ya habían convocado al suplente de la mujer. Como sea, mañana se cumple el plazo máximo de diez días en los que puede estar suspendido un juicio, por lo tanto el proceso debería volver a empezar. Ante ese escenario, uno de los abogados de Campagnoli, Ricardo Gil Lavedra, anunció: “No vamos a aceptar que se haga el juicio de nuevo”.

El tribunal de enjuiciamiento del ministerio público tiene siete miembros que son sorteados en sus estamentos y duran tres años en el cargo, para llevar adelante todos los juicios políticos que se presenten. Martínez Córdoba era una de las integrantes desde hacía seis meses. La semana pasada pidió licencia por un pico de presión y un cuadro de estrés, que coincidió con la difusión de información sobre ella y otros miembros del jury en algunos medios. A ella, en particular, a través de las redes sociales le mandaban advertencias de que debía votar a favor de Campagnoli, ya que en diciembre último fue la que definió la votación que terminó en su suspensión. El tribunal había convocado esta semana a su suplente, el defensor de San Martín Luis Miño, para ir resolviendo diversos planteos, entre ellos el pedido de Campagnoli de que lo repongan en el cargo.

Ayer se sucedió una serie de situaciones que enredaron el escenario más de lo que estaba: los fiscales acusadores, Adolfo Villate y Marcelo García Berro, recusaron a Miño –también a Martínez Córdoba, aunque este planteo se volvió abstracto–. La Defensoría designó por sorteo a un nuevo integrante para ocupar el cargo de titular que dejó Martínez Córdoba. El elegido, Toselli, tiene 35 años, y juró hace quince días como defensor ante dos tribunales de La Plata; antes, desde 2012, fue defensor en primera instancia. Todavía su designación no cumplió todos los pasos, ya que le tiene que tomar juramento la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, y la defensora general, Stella Maris Martínez. Ese paso formal podría cumplirse entre hoy y mañana.

Por ahora, lo concreto es que el tribunal está incompleto. En teoría se reúne el lunes, aunque tampoco hay certezas de eso. Para ese día el juicio ya habrá caído, porque se habrá violado el principio de continuidad que impide interrumpirlo más de diez días.

La recusación de los fiscales contra el suplente Miño se debe a que es vocal de la Asociación de Magistrados (aunque de la Lista Celeste, que no es la oficialista), que emitió dos comunicados en respaldo a Campagnoli y cuestionando el jury, y lo hizo –según declaró el presidente de la entidad como testigo– por pedido de los representantes del ministerio público que la integran. Es posible que también sea cuestionado el nuevo titular, Toselli.

Con cualquiera de los dos que intervenga se va a plantear la discusión respecto de si hay que hacer todo el juicio de nuevo o se podrán incorporar todos los testimonios y pruebas ya recibidos. La defensa ya dijo que no acepta volver a empezar. “Hoy no sabemos quiénes integran el tribunal; ya se había designado un suplente”, se quejó Gil Lavedra. “En los juicios de sustancia criminal o disciplinaria los errores los carga el Estado. Las irregularidades que hay en este juicio, con sorteos poco transparentes, en el cual 24 horas antes de la decisión aparece una jueza con un principio de estrés, convocan al suplente, y ahora ella renuncia y aparece otro, son sorprendentes”, insistió.

Quien sea que integre el tribunal finalmente ya se sabe que será un voto clave, porque los jueces estarían empatados respecto del futuro de Campagnoli.