“Adler fiscal Korrupto”, “Defensor de corruptos”, “Verdugo de Campagnoli”, decían los panfletos con los que fue “escrachado” Daniel Adler, ex integrante del Tribunal de Enjuiciamiento que el jueves pasado repuso en su cargo al fiscal de Saavedra, José María Campagnoli. Los papeles fueron arrojados en su domicilio de Mar del Plata, en los tribunales de esa ciudad y también su hija sufrió un ataque en la puerta de la escuela. En la vereda del colegio, quedaron dispersos los mismos volantes. La Procuración General de la Nación repudió ayer este hecho y reiteró su “respeto incondicional a las instituciones de la administración de justicia”.

“Es un hecho cobarde que me generó impotencia, pero no me intimidó”, consideró ayer Adler. Además, se refirió a lo sucedido como una “crónica de un escrache anunciado”. Pese a las intimidaciones, destacó que el jury que falló a favor de levantar la suspensión de Campagnoli “funcionó con todos sus miembros en el marco del juego de la democracia y el funcionamiento de las instituciones”.

Adler, fiscal general de Mar del Plata, también recibió mensajes intimidatorios en Twitter, que se sumaron a los denunciados porlos fiscales Cristina Caamaño, Adolfo Villate y Marcelo García Berro. Caamaño comenzó a recibir los mensajes desde que asumió como subrogante en la fiscalía de Campagnoli.

La Procuración recordó las intimidaciones sufridas por Villate y García Berro, también integrantes del jurado de enjuiciamiento. El primero recibió llamadas con amenazas de muerte y pintadas en su domicilio. De García Berro se difundieron datos y el número de su historia clínica.

También María Cristina Martínez Córdoba, que integraba el jury a Campagnoli y renunció por razones de salud, había recibido amenazas a través de Twitter, donde incluso difundieron su foto y la dirección de su casa.