EL PAíS
Partido chico, provincia grande, aluvión peronista
El centroizquierda y los independientes cuentan votos y buscan preservar espacios en la provincia de Buenos Aires, en una elección que promete estar dominada por el PJ.
Por José Natanson
Desdoblado en tres, el peronismo amenaza con quedarse con la mayoría de las 35 bancas que se renuevan hoy en la provincia de Buenos Aires. En una elección complicadísima, los demás partidos pelean mano a mano para que sus dirigentes lleguen al Congreso. A unos puntos de distancia del resto, el ARI candidatea a Marta Maffei, Graciela Ocaña y Eduardo Macaluse; el radicalismo se prepara para la catástrofe en la figura de Federico Storani; la alianza entre el socialismo e Izquierda Unida postula al trotskista Juan Carlos Giordano; y el resto de las fuerzas rezan para llegar a los 300 mil votos –el tres por ciento del padrón– necesarios para obtener una banca.
En las elecciones del 2001, con Elisa Carrió en el cenit de popularidad, el ARI se presentó en alianza con el socialismo y logró que ingresaran cuatro diputados nacionales. Pero en los comicios de hoy también se eligen cargos ejecutivos, lo que complica naturalmente las chances de una fuerza como el ARI, que no cuenta con una figura de peso para la gobernación. Sin embargo, a pesar de las dificultades, las encuestas coinciden en que Carlos Raimundi es el mejor posicionado entre los candidatos no peronistas.
La ley electoral bonaerense establece el sistema D’Hont, con un piso del tres por ciento. Esto hace imposible un cálculo exacto de cuántos votos debe obtener cada partido para conseguir un número determinado de bancas, ya que el porcentaje depende del resultado del resto de las fuerzas. Sin embargo, en el ARI calculan que un diez por ciento permitirá que accedan los cuatro primeros de la lista. En un cálculo más conservador (y más realista), con un cinco por ciento ingresarían dos o a lo sumo tres dirigentes. La más notable es Maffei, la líder de Ctera que encabeza la boleta y podría convertirse en figura legislativa del ARI cuando en diciembre Carrió se retire del Congreso. En segundo lugar aparece Ocaña, cuya distancia con la chaqueña a esta altura es indisimulable, seguida por Eduardo Macaluse, docente de Suteba, y Adrián Pérez, asesor de Carrió.
El radicalismo bonaerense, para no ser menos que el de la Capital, se prepara para la peor elección de su historia. Su titular, Storani, ubicó a Margarita Stolbizer como candidata a gobernadora y se reservó el primer lugar en la lista de diputados, una decisión criticada por muchos de los 64 intendentes que conforman la última reserva política de un partido en franca decadencia. En una posición lógicamente defensiva, algunos intendentes radicales cerraron acuerdos más o menos explícitos con otras fuerzas. Como el de Pergamino, Héctor Gutiérrez, que apoya al ARI, o el de Olavarría, Elios Eseverri, que juega con Recrear. Pero la mayoría apuesta al corte de boleta para salvar lo que se pueda antes de que se hunda el barco. De todos modos, es probable que la tracción municipal le permita a Storani volver al Congreso, donde buscará recuperar protagonismo.
La alianza entre el Partido Socialista e Izquierda Unida, que lleva a Jorge Rivas como candidato a gobernador, candidatea a Juan Carlos Giordano, del MST, para diputado nacional, seguido por Miriam Sonnatti, del PC. El objetivo es obtener una o cuando mucho dos bancas, por lo que –salvo un pequeño milagro electoral– es casi imposible que ingrese el socialista Oscar González, ubicado en un lejano tercer lugar.
Recrear, el partido de Ricardo López Murphy, obtuvo el 15,7 por ciento de votos en la provincia en las presidenciales de abril, pero ahora parece difícil que consiga ni el tres por ciento, un poco por los problemas de Hernán Lombardi para instalarse como opción y otro por el déficit de estructura: Recrear sólo presenta candidatos a intendente en 50 municipios. Si consigue los tres puntos, López Murphy sumará un bonaerense al bloque de fuerzas provinciales, Arturo Navarro, de la Carbap, que nuclea a pequeños y medianos productores de la provincia.
Finalmente, dos variantes del kirchnerismo buscarán hoy los 300 mil votos necesarios para lograr una banca. Ex titular de la Cámara de Diputados bonaerense, el frepasista Alejandro Mosquera ocupa el primer lugar de la lista de diputados de Kambia Buenos Aires (así, con K). Cuenta con la figura del candidato a gobernador, el piquetero Luis D’Elía, como atracción electoral: aunque las encuestas ubican a la fuerza debajo del preciado tres por ciento, Mosquera confía en que la figura de D’Elía obtendrá un buen porcentaje en La Matanza.
La otra opción kirchnerista es el Polo Social. Con el apoyo de funcionarios nacionales como Eduardo Luis Duhalde y Jorge Taiana, la fuerza de Luis Farinello apuesta al esquivo voto peronista disconforme. Lleva a Francisco “Barba” Gutiérrez como candidato a gobernador y a Eduardo Murúa, un ex sindicalista que preside el movimiento nacional de empresas recuperadas, como primer candidato a diputado.
Son, en definitiva, pocos lugares para muchos candidatos. Los líderes de la mano de hierro, Aldo Rico y Luis Patti, se perfilan como los grandes opositores, y el PJ de Felipe Solá asoma arrasador: las encuestas coinciden en que, de las 35 bancas en juego conseguirá unas 20, cuatro más que las que obtuvo en las últimas elecciones.