Contrariado por la actitud de sus propios aliados –el delasotismo cordobés y Compromiso Federal de los puntanos Rodríguez Saá– que dieron quórum para tratar la nueva Ley de Abastecimiento en la Cámara de Diputados, Sergio Massa salió a prometer su derogación en tono de campaña electoral. “En 448 días la vamos a derogar”, dijo el líder del Frente Renovador en alusión a su promocionada campaña de la cuenta regresiva para el recambio presidencial. “Los que la votaron se tienen que hacer cargo de ello”, sentenció el ex intendente de Tigre. Una advertencia para sus propios aliados y una mención directa al diputado Martín Insaurralde, a quien Ma-

ssa sedujo con el salto al FR y la candidatura a gobernador bonaerense, pero que pese a su coqueteo con el massismo continuó alineado con el oficialismo en el Congreso.

“Nuestro compromiso tiene que ver con la vuelta de Argentina a los mercados. Nosotros marcamos una posición muy clara, de rechazo a la ley, por eso los que lo votaron se tienen que hacer responsables de ello”, sostuvo Massa, luego de prometer su derogación si en diciembre de 2015 llega a la Casa Rosada. Una promesa a la que rápidamente su sumó el empresario y ex titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren: “Si el Frente Renovador llega al poder, en 2015 anularíamos esta ley”, afirmó el ahora diputado massista que ofició de miembro informante del FR en la Cámara baja en contra de la nueva Ley de Abastecimiento y del sector empresario más reacio a su implementación.

La promesa de campaña también fue una advertencia de Ma-ssa para sus aliados cordobeses y puntanos, con los que trabaja en un frente común para las primarias del año próximo. Diputados de Córdoba Federal que responden al gobernador Juan Manuel de la Sota y de Compromiso Federal alineados con los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá aportaron al quórum en la sesión del miércoles –que el oficialismo ya lo había conseguido por sus propios medios– aunque igual terminaron votando en contra.

No parece ser lo mismo con Insaurralde, que a pesar de plegarse al juego de seducción del massismo postergando definiciones sobre su futuro encolumnamiento político, votó junto al Frente para la Victoria y sus aliados a favor de la Ley de Abastecimiento. De la misma manera que lo hizo una semana atrás con la Ley de Pago Soberano de la Deuda Externa, que el FR tampoco acompañó. El miércoles por la noche, en los pasillos de la Cámara baja, desde el entorno de Massa afirmaban que el líder renovador había trazado la raya del apoyo a la Ley de Abastecimiento como “límite” a su conqueteo con Insaurralde.

El jefe del bloque de diputados del Frente Renovador, Rubén Darío Giustozzi, fue más directo a la hora de referirse a Insaurralde. “Es muy difícil que, siendo más de lo mismo, represente lo nuevo, evidentemente Martín va a tener que cambiar, de lo contrario que se quede en el Frente para la Victoria”, afirmó Giustozzi en la embestida contra Insaurralde. El ex intendente de Lomas de Zamora podría ser un difícil contrincante interno para Giustozzi, quien aspira a la candidatura a gobernador bonaerense del massismo. En su momento, los coqueteos motivaron sus berrinches ante Massa y hasta la amenaza de abandonar a los renovadores si se confirmaba el pase de Insaurralde.

“Se diluye en sus propias contradicciones, esto es poco serio. La política argentina no puede ser un cambalache. No se puede decir una cosa y después hacer otra”, insistió Giustozzi para referirse al voto de Insaurralde a favor de la Ley de Abastecimiento. “Insaurralde había dicho que él pertenecía al Frente para la Victoria, incluso salió en defensa del propio vicepresidente Amado Boudou cuando nosotros presentamos los pedidos de juicio político”, remarcó el ex intendente de Almirante Brown para intentar clausurarle las puertas del FR a Insaurralde.