Miércoles, 22 de octubre de 2014 | Hoy
EL PAíS › AGUSTíN ROSSI Y SU PAR BRASILEñO, CELSO AMORIM, PRESENTARON EN SAN PABLO EL AVIóN KC-390, DE FABRICACIóN CONJUNTA
Es un avión de transporte militar en el que la Fábrica de Aviones de Córdoba aporta partes a la brasileña Embraer. Al proyecto también aportan Portugal y República Checa. Rossi consideró un “hito fundamental” la presentación.
Por Miguel Jorquera
Desde San Pablo
La asociación estratégica para la industria aeronáutica entre Brasil y Argentina quedó sellada. Con la presentación en sociedad del KC-390 –el avión “multimisión” de nueva generación para transporte militar, reabastecimiento en vuelo, rescates y combate de incendios forestales–, la estatal Fábrica de Aviones (Fadea), de Córdoba, participa con la producción de componentes junto a la brasileña Embraer de la fabricación en serie del nuevo modelo de avión de transporte que competirá con los tradicionales Hércules a escala internacional, en el proyecto al que también aportan Portugal y la República Checa. Esto significa “un hito fundamental; para la industria aeronáutica argentina esto marca un antes y un después”, señaló el ministro de Defensa, Agustín Ro-ssi, durante la exhibición del KC-390 en Brasil junto a su par de Brasil, Celso Amorim.
Ambos firmaron un acta de intención para avanzar en esa “alianza estratégica” que podría incluir la participación de la Argentina en la construcción de aviones militares “supersónicos”, de última generación, que Brasil emprendió con Suecia, y otras iniciativas de “producción para la defensa” en el marco de Unasur. “Creo que Unasur existe porque hubo una alianza estratégica entre Brasil y Argentina”, respondió Amorim a Página/12 al hablar de esos proyectos.
En medio de humo verdeamarelo y fuegos artificiales, el KC-390 salió del hangar. El monstruo de 35 metros de largo y ancho y con casi 12 de altura tenía las insignias de la Fuerza Aérea Brasileña, pero sobre ambos lados de imponente trompa lleva estampada cuatro banderas: la de Brasil, la de Argentina, la de Portugal y la de República Checa (en ese orden), los cuatro países que participaron del proyecto, la construcción y de la futura producción en serie del avión que competirá con los turbohélices Hércules.
Afuera, en Gaviao Peixoto –a 400 kilómetros de la ciudad de San Pablo, donde la Empresa Brasileira de Aeronáutica cuenta con una de sus plantas más importantes y su propia pista de aviación–, aplaudían los ministros de Defensa de Brasil, Argentina, Portugal y el jefe de la fuerza aérea checa, representantes de más de 30 países entre embajadores y miembros de la aeronáutica de cada uno de ellos, el presidente de la compañía brasileña, Jackson Schneider, y 1500 trabajadores de Embraer que montaron el primer KC-390. Todo ante decenas de periodistas de varios continentes.
“Poder participar de este proyecto, por todo lo que significa para la industria aeronáutica y sobre todo para lo que es la Fadea, que depende del Estado argentino, nos pone en un lugar en el que nosotros queremos estar. Con lo que significa ser proveedor asociado de una de las empresas más importantes que tiene el mundo desde el punto de vista aeronáutico, Embraer acerca a Fadea al lugar donde la queremos poner, como una fábrica de excelencia”, dijo Rossi a los periodistas tras el bautismo con champagne sobre la trompa del KC-390. Todo, mientras aviadores, funcionarios, ingenieros, trabajadores de Embraer y de Fadea, que trabajaron en el proyecto, pugnaban por sacarse una foto junto al imponente avión. “El desafío de Fadea es construir en serie el Pampa III. Lograr la serie es un trabajo de precisión importantísimo. Además de la remotorización de los Pucará que tiene la FAA. Todos los mantenimientos de todos los aviones de la FAA. Hemos vendido 4 o 5 aviones fumigadores que es una producción que tenemos para la sociedad civil”, dijo Rossi en referencia a los cuestionamientos sobre el funcionamiento de la fábrica instalada en Córdoba.
“Cuando uno apuesta a desarrollos estratégicos tiene que medirlos de una manera integral. No lo puede medir con una mirada tan sesgada: es lo mismo que hace cuatro años le hayamos pedido un resultado a Arsat. A los ocho años podemos decir que Argentina es uno de los ocho países del mundo que construyen este tipo de satélites geoestacionales. Nosotros vamos en ese camino: poner a Fadea en un nivel de excelencia”, insistió el ministro argentino.
En el mismo sentido se pronunció el secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, Santiago Rodríguez. “Es un hito por varias cosas. En primer lugar, porque Fadea vuelve a exportar después de veinte años, porque se hizo mucho trabajo y exporta insertándose en una cadena de valor global, con un actor de clase mundial como es Embraer. En una exportación en los máximos estándares internacionales desde el punto de vista de la calidad y técnico, y de calidad desde el punto de vista de la competitividad del negocio. Acá no puede jugar cualquiera, sino alguien que pueda proveer calidad, en tiempo y forma”, dijo el funcionario.
“Capacitar a la gente, incorporar tecnología, certificar normas de calidad, permite tener un horizonte de exportación diferente en los próximos años. Calculamos un horizonte en los próximos diez años de 180 millones de dólares de exportación”, agregó Rodríguez, quien también destacó que el Estado invirtió 35 millones de dólares en Fadea para adecuar la línea de producción para el KC-390, en la que trabajan más de un centenar de ingenieros, técnicos y trabajadores altamente calificados.
Tras el roll out (presentación del jet bimotor desarrollado por Embraer junto a la Fuerza Aérea Brasileña), Rossi y Amorim firmaron una carta de intención para la continuidad de la alianza estratégica entre ambos países. Allí, Amorim habló de la posibilidad de extender la apuesta a la construcción de los aviones cazas militares que Brasil comenzará a construir con Suecia, además de emprendimientos conjuntos para la defensa en la Unasur.
–¿De qué manera esta alianza estratégica se puede extender a la Unasur? –le preguntó Página/12.
–Siempre tenemos una relación excelente con todos los países de Unasur. No quiero ser egoísta, pero creo que Unasur existe porque hubo una alianza estratégica entre Brasil y Argentina –respondió el ministro brasileño, que entre otros proyectos para la región está proponiendo la construcción de aviones no tripulados.
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