La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue internada ayer en el Sanatorio Otamendi. “Presenta un cuadro febril infeccioso”, señalaron los doctores de la Unidad Médica Presidencial en un comunicado en el que se informó de su internación para “estudio y tratamiento”. La mandataria se encontraba en la quinta presidencial de Olivos, donde pasó el fin de semana y ayer incluso escribió a través de las redes sociales (ver aparte).

“Desde la tarde de hoy, la señora presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, presenta un cuadro febril infeccioso. Debido a ello se decidió su internación en el Sanatorio Otamendi para estudio y tratamiento de ello”, señala el parte oficial difundido y firmado por los doctores Marcelo Ballesteros y Ricardo Solla. El pasado 17 de octubre, la mandataria había presentado un cuadro de faringitis, por el que debió suspender sus actividades durante 48 horas, como le había sugerido la Unidad Médica Presidencial. Así modificó su agenda de actividades, en la que tenía previsto participar de un acto en el que iba a inaugurar un mural en homenaje al pensador peronista Arturo Jauretche.

El 2 de julio también había suspendido un viaje a Paraguay en el que se iba a devolver parte del mobiliario que se le había sustraído al mariscal Francisco Solano López durante la Guerra de la Triple Alianza, en un gesto simbólico de reparación hacia el pueblo paraguayo. Se trató del mismo cuadro de faringolaringitis aguda, por lo que desde la Unidad Médica confirmaron en su momento que, “además del tratamiento correspondiente y control evolutivo, se indicó mantener reposo por 24 horas”. El tratamiento indicado por el equipo médico se mantuvo durante dos semanas.

El 8 de octubre pasado se cumplió un año de la intervención quirúrgica a la que CFK fue sometida por una “colección subdural crónica”, un hematoma situado en una parte del cerebro, formado como consecuencia de un golpe en la cabeza durante una gira protocolar. La intervención se realizó con éxito en el Hospital de la Fundación Favaloro y la Presidenta debió guardar reposo durante 30 días. En enero también debió asistir a una dependencia hospitalaria ante una bursitis que la aquejaba en la zona izquierda de la cadera, y en marzo fue tratada por un esguince de tobillo que sufrió en el hotel donde se alojaba en el Vaticano, durante una visita al papa Jorge Bergoglio.

En el 2011 se vivió cierta inquietud por la salud presidencial al ser intervenida CFK para extirparle la glándula tiroides, ante un diagnóstico de cáncer. Finalmente, la biopsia posterior de la glándula desestimó ese diagnóstico, que fue definido como un “falso positivo”, descartando cualquier otro tratamiento oncológico.