Jueves, 19 de febrero de 2015 | Hoy
EL PAíS › DICTAMEN EN DIPUTADOS PARA LA REFORMA DEL SISTEMA DE INTELIGENCIA
El oficialismo aprobó en comisión el texto remitido por el Senado. El pleno de la Cámara baja lo tratará el próximo miércoles. La defensa política del proyecto y del Gobierno estuvo a cargo de Carlos Zannini. Un sector de la oposición participó del debate.
Por Sebastian Abrevaya
En un contexto signado por la Marcha del Silencio convocada por un sector del Poder Judicial y la oposición, el kirchnerismo dio ayer por la mañana el último paso antes de sancionar la reforma de la Ley de Inteligencia. Con la presencia del secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, y su segundo, Juan Martín Mena, el plenario de comisiones de la Cámara de Diputados firmó dictamen a la media sanción del Senado y el proyecto quedó listo para su aprobación el miércoles próximo. A diferencia de lo ocurrido en la Cámara alta, esta vez un sector de la oposición sí participó del debate. La nota saliente la dio Elisa Carrió, que pidió la palabra para hacer múltiples denuncias contra el oficialismo y se retiró sin escuchar la respuesta. “Esta ley es un crecimiento de la democracia para un directo control político de los sectores que trabajan en la Inteligencia nacional”, aseguró Zannini, que realizó una fuerte defensa política del Gobierno y apuntó sobre el agente Antonio Stiuso, el Grupo Clarín, Techint y sectores del Poder Judicial.
En la cabecera del plenario de comisiones estaban Diana Conti, Carlos Kunkel, Graciela Giannettasio y Julián Domínguez, además de los invitados del Poder Ejecutivo. Ante la ausencia de la UCR, el PRO, el Frente Amplio Progresista, en el sector de la oposición había unos pocos lugares ocupados: Carrió, Fernando Sánchez y Pablo Javkin, por la Coalición Cívica; Claudio Lozano, de Unidad Popular: Eduardo Santín, ex UCR; Néstor Pitrola, del FIT, y la peronista federal Berta Arenas. La líder de la CC fue la primera en tomar la palabra. Dijo que durante los ’90 la SIDE “funcionaba para matar”, que el ex presidente Néstor Kirchner le “duplicó el poder” a Stiuso y que supuestamente se encargó de “separar la conexión local” del atentado a la AMIA “porque es un iceberg que puede llevar a algunas personas que tuvieron militancia en los ‘70 y se formaron en Beirut”.
Entre sus acusaciones, también cuestionó a los fiscales que convocaban a la marcha que se produciría horas más tarde. “Concuerdo en que ninguno actuó en estos diez años. Pero eran de ustedes y ahora se separaron. Como con Stiuso”, aseguró Lilita, que de todas formas reivindicó al actual fiscal que impulsa la denuncia de Nisman, Gerardo Pollicita. Para cerrar, no le faltó una crítica a la presidenta Cristina Fernández y al peronismo, que –según dijo– “tiene un desprecio por la República y por la ley”. “Están encerrados en esa cultura. Cristina está encerrada y hay un hombre desesperado que o va preso por delitos de lesa humanidad o toma el poder, por eso yo acuso al general Milani”, concluyó la chaqueña aportando su toque de dramatismo. Apenas terminó y tras la seguidilla de denuncias, Conti pidió “un fuerte aplauso” para los funcionarios nacionales presentes en la reunión.
La respuesta política corrió en parte por Zannini, quien primero agradeció en tono conciliador el cambio de postura de un sector de la oposición al asistir al debate parlamentario. Recordó que los organismos de Inteligencia fueron “contaminados por la doctrina de la seguridad nacional” impuesta por la última dictadura y explicó que la reforma es “un intento muy directo de establecer un control político de los órganos de Inteligencia”. El secretario de Legal y Técnica defendió el Memorándum de Entendimiento con Irán y apuntó desde allí contra Stiuso. “Alguien encaramado en un poder del Estado como es una Secretaría de Inteligencia se piensa por encima del Congreso, del Poder Ejecutivo, y se puso a trabajar en contra del memorándum, tratando de convencer al fiscal”, afirmó. El funcionario calificó el acuerdo como “el acto más cercano que llevaba a que los iraníes sean citados a declarar” y advirtió cómo fue interpretado por ciertos sectores en sentido opuesto. “Algunos querían frustrar que el expediente sea analizado por la comisión independiente de juristas”, en referencia a la llamada Comisión de la Verdad, cuya decisión no sería vinculante. Respecto de Carrió aseguró que “la prefería cuando hablaba con Dios, no con Stiuso”. Si bien señaló que tanto “Carrió, Stiuso y Javier Fernández van a ser nombres menores en la historia argentina”, sobre la chaqueña dijo que está “frustrada” porque fue diputada junto a Cristina Fernández y ella sigue en el mismo cargo mientras CFK está culminando su segundo mandato como Presidenta. Para concluir las definiciones políticas, remarcó que el Gobierno “está bajo un tiroteo permanente de parte del diario Clarín y la UIA cuando opera la gente de Rocca y Techint” y dijo que “tienen problema con la democracia”.
Parrilli y Mena, al igual que los demás expositores, se ciñeron en mayor medida al debate sobre la creación de la nueva Agencia Federal de Inteligencia. Los principales cuestionamientos se centraron en el traspaso de la Dirección de Observaciones Judiciales a la órbita de la Procuración General, la composición de la Comisión Bicameral de Inteligencia y diferencias en la redacción del proyecto. “Nos preocupa que el director y el subdirector no sean electos por mayoría especial, siendo que es la única manera de generar los consensos que requiere la designación de un funcionario que va a concentrar todo el poder que se le asigna por esta ley”, señaló Javkin. Parrilli le retrucó que a diferencia de los jueces de la Corte, las autoridades de la AFI no tienen permanencia en el cargo y que por lo tanto el presidente puede removerlo por simple decreto.
El diputado del FIT advirtió que la reforma de Inteligencia es como “un intento de tapar la responsabilidad de los distintos gobiernos” y consideró a Milani como “el nuevo Stiuso de la Inteligencia argentina”. Lozano, por su parte, calificó la reforma como “absolutamente parcial e insuficiente” y cuestionó “el modo y el marco” en el que se produjo el debate. “Se nos imputa que no hemos hecho (la reforma) en diez años pero somos nosotros los que la estamos haciendo. Otros nunca se animaron”, replicó Parrilli y en referencia a la denuncia de Nisman aseguró que “algunos quieren tapar el papelón de la denuncia con el escándalo”.
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