La división de cibercrimen de la Policía Metropolitana secuestró documentación en formato digital que estaba en una red interna de la Unidad AMIA y que podría contener información clave sobre actividades y llamados de Alberto Nisman en las semanas previas a su muerte, durante la feria judicial de enero. El material fue hallado por el titular de la UFI AMIA, Juan Patricio Murray, y ya está en poder de la fiscal Viviana Fein. En el contexto de la investigación, ayer se hizo una nueva inspección ocular en el baño del departamento donde el fiscal fue hallado sin vida, como parte de un estudio criminalístico que podría estar terminado en los próximos quince días. En el lugar, los peritos de parte y de la Policía Federal tomaron medidas, observaron y fotografiaron las manchas de sangre y levantaron algunos rastros. Con eso aspiran a poder analizar la dinámica del hecho y aproximar alguna hipótesis de suicidio u homicidio.

En la UFI AMIA esperaban ayer al ex jefe de operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Antonio “Jaime” Stiuso, quien había sido citado como testigo para que detalle sus aportes a la investigación del atentado a la mutual judía. Su abogado, Santiago Blanco Bermúdez, informó que el ex agente no está en la Argentina. La UFI, de todos modos, emitió una orden (llamada comparendo compulsivo) para que la Policía Federal lo lleve a declarar por la fuerza si llega a ubicarlo en el país, algo para nada probable, con lo cual la medida podría ser de utilidad relativa.

En la causa en la que se investiga la muerte de Nisman, la antesala del hecho se viene analizando en función del entrecruzamiento de llamados y del contenido de sus mensajes, mails y documentos, entre otras cosas. La información encontrada en la computadora que está conectada a una red interna de la UFI –que se activa cuando se conecta algún usuario, como lo hacía la secretaria privada del fiscal– podría resultar un aporte importante. Había una carpeta con datos de la “agenda diaria” y algunos archivos relacionados con el viaje a Europa con sus hijas, en enero último, del que volvió para presentar la denuncia contra Cristina Kirchner, el canciller y otras personas. Cuatro días después apareció muerto en el baño de su departamento. Ahora los archivos son analizados por la fiscal Fein.

A la inspección ocular en el departamento de Le Parc, que se hizo ayer a la tarde, asistieron además de Fein y su secretario, la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, su perito criminalista, Daniel Salcedo, el especialista Luis Olavarría, por la defensa del técnico informático Diego Lagomarsino, y un grupo de expertos de la Policía Federal. El procedimiento venía postergado por los planteos de nulidad de Arroyo Salgado. En el lugar, los peritos criminalísticos tomaron medidas, tanto del ambiente como de las manchas de sangre. Una de las claves de este estudio es el análisis de la proyección de las manchas que, se corroboró, estaban en el lavatorio, la mesada y en el suelo. Con técnicas de trigonometría se puede calcular el ángulo en el que cayó una gota de sangre y, en ocasiones, obtener un patrón. Es posible, según los especialistas, calcular en qué posición estaba la persona antes de morir y cómo fue la caída. Algunas manchas de sangre muy pequeñas, llamadas “retrosalpicaduras”, por ejemplo, aparecen cuando el arma está apoyada en la cabeza al momento del disparo. Está en análisis, con ayuda de las fotografías, la presencia o ausencia de ese tipo de manchas.

El lunes próximo se hará finalmente la junta médica, que convocará a los forenses de parte y a los del Cuerpo Médico de la Corte. Están en discusión varios datos derivados de la autopsia, que Arroyo Salgado cuestiona, empezando por el día y la hora de la muerte. El estudio oficial sitúa el fallecimiento cerca del mediodía del domingo 18 de enero y el informe de la ex esposa del fiscal señala el sábado entre la tarde y la noche, justo cuando Lagomarsino estaba en el departamento de Nisman.