Como ya es tradición en los actos en la Casa Rosada, la Presidenta recorrió después del homenaje a Néstor Kirchner y Hugo Chávez los patios donde esperaba la militancia. “Me siento muy afortunada porque me tocó estar, tal vez como en pocas oportunidades, junto a grandes hombres que le pusieron una bisagra a la historia de la región. Y luego me tocó tomar la posta y la bandera que ellos habían dejado”, dijo a los jóvenes que colmaban el Patio de las Palmeras, a los que llamó a “prepararse políticamente para saber que todo no es voluntad, que también tenemos que capacitarnos, ser solidarios con el otro y no imitar comportamientos de mezquindad”.

En ese marco, la Presidenta criticó a los dirigentes de la oposición, que cuando el país sufre ataques especulativos no nos dan su apoyo, apostando al desgaste el Gobierno.

“Cuando, atacados desde afuera, pretenden doblegar no un gobierno sino a un país, a un pueblo, y en lugar de escuchar voces de acompañamiento se escuchan voces que argumentan ‘hay que hacer lo que dicen ellos porque el Gobierno tiene la culpa’ siento dolor, pero al mismo tiempo, como presidenta, siento que tengo el doble de responsabilidad para defender a este pueblo, para que no sea nunca más avasallado ni pisoteado como lo fue en el pasado”, sostuvo la mandataria. Y agregó: “Tal vez sería mejor contar ante estas agresiones con el apoyo de toda la oposición, y que luego en las elecciones se dirimiera quién ocupa los lugares para representar al pueblo”.

Fernández de Kirchner pidió “a todos los hombres y mujeres que conforman” el Frente para la Victoria y “a las distintas fuerzas argentinas” que dejen “de lado los personalismos y mezquindades, porque necesitamos una Argentina unida para enfrentar un presente y un futuro difícil en un mundo complejo, que demanda nuevas capacidades, solidaridades y formas de participación”.