EL PAíS › EL GOBIERNO DENUNCIARA A PIQUETEROS QUE BLOQUEARON TRABAJO

“Vamos a negociar, pero sin presión”

Un grupo de piqueteros bloqueó las puertas del ministerio hasta la madrugada de ayer. El Gobierno presentará una denuncia penal.

 Por Laura Vales

Una protesta piquetera bloqueó las puertas del Ministerio de Trabajo y obligó al titular del área, Carlos Tomada, a permanecer en su despacho hasta las 4 de la madrugada. Los desocupados reclamaban tres mil planes de empleo, alimentos frescos y medidas para generar trabajo genuino, como la puesta en marcha del plan de obras de públicas. Cuando las negociaciones se estancaron, decidieron impedir la salida del ministro del edificio, lo que mantuvieron hasta que se firmó un acuerdo, a la madrugada. El Gobierno consideró el episodio como una “privación ilegítima de la libertad” y hará una denuncia penal. La decisión fue anunciada como una instrucción del presidente Néstor Kirchner y como una señal de que “no se van a tolerar este tipo de acciones”.
La movilización fue realizada por piqueteros del conurbano, llegados desde La Matanza y algunos municipios del sur del Gran Buenos Aires, integrantes del Futrade, el Movimiento de Unidad Popular 20 de Diciembre y la Tendencia Clasista 29 de Mayo. La semana anterior habían marchado a la sede de Trabajo con un petitorio y aseguran que tenían el compromiso de que el ministro los recibiría para discutirlo.
Las organizaciones plantean que el Plan Jefas y Jefes de Hogar ha cerrado su cupo. “Si la ley dice que es un subsidio universal, al que tienen derecho todos los desocupados con hijos, hasta que no se empadrone el último no pueden cerrarlo”, dijo a Página/12 José Villalba (Futrade). Entre sus pedidos incluyeron además la creación de trabajo genuino, la reducción de la jornada laboral, un aumento de los salarios y que se ponga en práctica el plan de obras públicas. Las negociaciones, sin embargo, se estancaron desde el principio. La secretaria de Trabajo, Noemí Rial, quien participó en esas conversaciones, contó que se aclaró a los piqueteros que “no se van a entregar más planes” de los poco más de dos millones ya distribuidos, porque “el presupuesto ya está ejecutado”. En el país existen actualmente unos cuatro millones de desocupados y subocupados.
Tomada, sin poder salir de su despacho, no participó de las conversaciones con los piqueteros por las características de la protesta. Pero ratificó luego que “el Gobierno no está en condiciones de ampliar más aún los programas sociales” y que “habrá que buscar otro tipo de soluciones frente a los reclamos que lógicamente ellos tienen”.
La protesta comenzó a las 16 con un corte del tránsito sobre la avenida Alem. Pasadas las siete de la tarde, los piqueteros bloquearon las puertas de acceso. No había habido en la Capital Federal antecedentes de una medida de este tipo, distinta incluso de las que cada tanto se producen en la ciudad de La Plata con tomas de edificios públicos.
Dentro del edificio quedaron el ministro Tomada, Noemí Rial, el secretario de Empleo, Jorge Schuster, y otras personas, en total unas quince. En el ministerio acusaron a los desocupados por trabar las puertas con “cadenas, alambres y vallas”. La línea de acción oficial, sin embargo, fue no reprimir, pero tampoco aceptar negociar bajo presión.
El episodio provocó gran preocupación en el Gobierno. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, siguieron la situación hasta las 5 de la madrugada en el Departamento Central de Policía, junto al jefe de la fuerza, Eduardo Prados.
Hubo cinco reuniones del gabinete con una delegación de manifestantes. Finalmente se firmó un acta en la que el Gobierno explicitó que “no se van a otorgar los planes solicitados”, pero manifestó su disposición “a trabajar con las organizaciones” por otros puntos. Entre ellos, “la aprobación de (subsidios para) microemprendimientos” ya presentados, pero que todavía no estaban aprobados y el envío de “alimentos frescos, carne, lácteos” en apoyo a los comedores barriales.
Fuentes oficiales precisaron que el Presidente dio la instrucción de llevar el tema a la Justicia ayer por la tarde, poco antes de que se iniciara en la Casa de Gobierno un acto de puesta en marcha de un plan laboral. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sostuvo que el Gobierno “no va a criminalizar la protesta en las calles”, pero aclaró que tampoco “va a tolerar este tipo de acciones”.
El Futrade, la más importante de las tres organizaciones que participaron de esta protesta, se creó en 1998, inicialmente centrado en La Matanza. Sus piqueteros participaron en todos los grandes cortes de la Ruta 3 de 1998 y 1999 y estuvieron en el primer congreso piquetero nacional. Integraron durante un tiempo el Polo Obrero, del que se retiraron hace poco más de un año.
Tanto la organización como su dirigente Villalba son conocidos en el ministerio, donde han firmado otros convenios y otorgado asistencia para su trabajo en los barrios. No está vinculada a ningún partido político, porque sus referentes consideran que “no existe ninguno que represente a la clase obrera”. Tras su paso por la militancia trotskista, Villalba rompió con el PO por diferencias políticas.
Si bien es tan antigua como los grupos más conocidos del conurbano, la organización no es muy numerosa y ha tenido, históricamente, un discurso irritativo para los gobiernos. “La situación de pobreza en nuestros barrios sigue igual que cuando asumió esta gestión. Es una realidad que el Gobierno niega, pero negarla no significa que la estén solucionando”, dijo ayer Villalba al explicar los motivos de la medida. El dirigente anticipó que realizarán otras protestas de este tipo, “en las puertas de las multinacionales”.

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El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, debió permanecer toda la noche en el ministerio.
 
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