EL PAíS › PAGINA/12 REPORTEO AL FLAMANTE TITULAR DE LA DAIA
“Hubo un voto ideológico”
Gilbert Lewi se define como socialista, como militante, como moderado. Habla de Israel, de la causa AMIA, de la futura relación con Kirchner, de por qué ganó el lunes las elecciones en la DAIA.
Por Raúl Kollmann
Socialista moderado, defensor a rajatabla del Estado de Israel, aunque crítico de su gobierno. Así se definió ayer ante Página/12 Gilbert Lewi, flamante presidente electo de la DAIA. También aseguró que habrá un cambio en la representación de la entidad en el juicio oral que investiga el atentado a la AMIA. Pero no será inminente: “Falta muy poco para que termine el juicio oral y no juzgo oportuno reemplazar a la doctora Marta Nercellas. El cambio se hará no bien termine el juicio oral”.
Tal como anticipó este diario, en una elección realizada en la noche del lunes, la oposición le ganó al oficialismo en la DAIA, el organismo de representación política de la comunidad judía. Lewi derrotó por 76 votos contra 64, con nueve abstenciones, al actual presidente, José Hercman, quien encabezó la nómina de la corriente que desde hace doce años gobierna la DAIA y cuyo hombre fuerte siempre fue el ex presidente Rubén Beraja. Estos son los principales tramos del diálogo que mantuvo Lewi con Página/12.
–¿Quién es Gilbert Lewi? ¿Es cierto que nació en Francia?
–Sí, es cierto. Mi padre era integrante del ejército polaco, hasta que fue capturado en 1943 y lo enviaron al campo de concentración de Ausch-witz. Sus hermanas vivieron escondidas en una farmacia en Polonia, después trataron de huir hacia Rusia, pero de las tres sólo una llegó. De las otras dos nunca supe más nada. Mi madre nació en Francia y perdió en la masacre nazi a sus padres. Yo nací en enero de 1949 en Francia y poco tiempo después mis padres resolvieron venir a un país con futuro, la Argentina. Soy contador, milité durante años en el Partido Socialista Democrático y luego en distintas instituciones judías. Me considero un socialista moderado que pasó por decenas y decenas de asambleas estudiantiles, de clubes e instituciones.
–¿Cuál fue la clave de su triunfo del lunes?
–Yo gané con el apoyo de los clubes más populares, Hebraica, Hacoaj, Macabi, Cissab. Perdí en los countries. Gané en los movimientos sionistas de izquierda o centroizquierda y me votaron en contra los de derecha. Tuve respaldo entre las instituciones de los barrios más populares y perdí en los de mayores recursos. Creo que hubo un voto muy ideológico, al punto que varias instituciones me quitaron el apoyo argumentando que detrás de mí estaba la izquierda. Se basaron en una solicitada en la que me respaldó un número importante de intelectuales y referentes, desde Marcos Aguinis hasta Norman Erlich, de Matilde Millibovsky, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora a Cipe Lincovsky.
–¿En qué se va a diferenciar su gestión de la anterior?
–Yo creo que a la gestión anterior le pesó mucho la imagen de desprestigio que tenía la dirigencia entre los judíos de la calle. Muchos veían en José Hercman la continuidad de cosas malas que le pasaron a nuestra colectividad. Por ejemplo, a la gente nunca le gustó la descalificación que hacían los dirigentes de los familiares de las víctimas agrupadas en Memoria Activa, simplemente porque pensaban distinto. A la gente siempre le pareció que hubo ciertos pactos: por ejemplo, que no se exigió como correspondía una investigación sobre las supuestas afirmaciones del general Bendini. Ya en el terreno interno de la comunidad, el judío común no entiende por qué hubo una pelea constante entre la DAIA y la AMIA. Me parece que Hercman venía de una corriente anterior que arrastraba ese peso y, encima, registraba como única militancia la que realizó en un country.
–Durante su campaña se comprometió a hacer cambios en la forma como la DAIA aborda la cuestión del atentado contra la AMIA.
–Es cierto, los cambios se van a hacer. Yo estuve con el juez Juan José Galeano dos veces, una de ellas con el ex primer ministro de Israel, Shimon Peres, que quería conocer al magistrado. Los dos nos llevamos la impresión de que el juez tenía voluntad, pero un bajísimo nivel investigativo. Con los años fui ratificando esa impresión que me llevé entonces. En una palabra, soy muy crítico de la investigación y, por supuesto, de los escasos resultados que se consiguieron. Respecto de la abogada que representa a la DAIA, Marta Nercellas, yo creo que cuando asumió José Hercman debió pedirle que diera un paso al costado. Era éticamente incorrecto que Nercellas fuera la abogada personal del ex presidente Beraja y, a la vez, la abogada de la DAIA. Ahora falta sólo un mes o dos para que termine el juicio oral y quedan esencialmente los alegatos. Me parece incorrecto disponer un cambio ahora, pero sí se va a hacer después de que termine esta primera instancia.
–¿Cómo será la relación con el gobierno de Néstor Kirchner?
–No quiero relaciones carnales con Kirchner ni con ningún gobierno. Acuerdo con muchas medidas del Presidente, aunque eso no significa que acuerde ideológicamente con él. Yo soy representante de la comunidad judía y voy a plantear las cosas como corresponde, con orgullo, con la fuerza necesaria. Tendremos que tener reciprocidad en el trato.
–¿Cómo afrontará la relación con el Estado de Israel?
–Yo soy un sionista convencido, hasta le diría sionista militante. Soy crítico del gobierno de Israel, pero defensor a ultranza del Estado de Israel. Estoy en el llamado campo de la paz, en el diálogo con los palestinos, aunque le diría que la prioridad es mi defensa del Estado de Israel y las críticas las hago casi exclusivamente en casa.