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Por Martín Piqué y Santiago Rodríguez

“O luchamos con Kirchner y Solá o seremos los sepultureros de nuestro movimiento.” Ausente por un viaje de último momento a Brasil, Eduardo Duhalde instruyó a los diputados nacionales del PJ con una carta que no dejaba lugar a dudas. En el texto, Duhalde ponderó largamente a Kirchner –“Nos conduce a una transformación basada en la ejemplaridad ética”, dijo– y exigió apoyo para el gobernador Felipe Solá. La carta se leyó en una reunión en la sede del PJ bonaerense de Avenida de Mayo al 800. Estaban casi todos los diputados de la provincia de Buenos Aires, entre electos y en ejercicio: de treinta y ocho sólo faltó uno, el ministro de Seguridad Juan José Alvarez. La carta fue interpretada como un gesto de Duhalde para proteger su sociedad política con el Presidente.
En los últimos días, luego de que se hablara del desembarco de Cristina Fernández en la provincia, se esperaba que la reunión de ayer funcionara como una especie de reacción del duhaldismo. Todo lo contrario. Aunque no asistió al encuentro –el domingo, Luiz Inácio Lula Da Silva lo invitó a Brasil como representante del Mercosur–, Duhalde envió una carta a través de su esposa Chiche. Fue todo un hecho político de los que suele hacer Duhalde, que se sabe jefe de una tropa numerosa. Inicialmente, el texto fue leído por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño. Luego se lo pasó a la ex ministra de Trabajo Graciela Camaño, para que completara la lectura. La audiencia escuchó en silencio.
En la sala se encontraba el duhaldismo en pleno: todos los diputados electos y en ejercicio del peronismo bonaerense –entre ellos los dos ministros del gobierno de Kirchner, Aníbal Fernández (Interior) y José Pampuro (Defensa)– y el apoderado legal del partido, Jorge Landau. El único ausente, Alvarez, hizo trascender su deseo de seguir siendo ministro y tal vez por eso no quiso asistir. Una vez que se leyó el contenido de la carta, comenzaron a escucharse los elogios. Primero para Duhalde, y también para Kirchner y Solá. Uno de los más elogió a Kirchner fue el ex canciller Carlos Ruckauf. “El Presidente está llevando a cabo lo que todo lo que los peronistas esperábamos que hiciera”, dijo.
La carta pareció imponer, así, el espíritu del encuentro, que terminó siendo una defensa cerrada de Kirchner y su gestión. Un rato antes, cuando aún no se había leído el texto de Duhalde, el tono había sido bastante diferente. Por ejemplo, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, había sido objeto de bromas por su supuesta condición de “kirchnerista”. “Vos te podés dar el lujo de llegar dos horas tarde porque sos kirchnerista, ¿no?”, le reprochó, medio en broma, medio en serio, el diputado Alberto Coto, quien fue electo en 1997 por sugerencia de Ruckauf, entonces candidato a gobernador. Fernández aguantó la broma, pero después aseguró a quien quisiera escucharlo que no es verdad que tenga el diálogo roto con Duhalde. “Las últimas veces me llamó él”, aseguró.
También se reclamó respaldo para Solá, quien viene sufriendo la oposición cerrada de la conducción de la Cámara de Diputados bonaerense. Sin embargo, ayer se escucharon voces que lo defendían y hasta repetían sus clásicas demandas. “La provincia pierde 2200 millones al año, hay que trabajar para recuperar ese dinero”, planteó Daniel Basile. La única crítica la hizo la diputada Mirta Rubini, quien se quejó porque Kirchner no recibía al bloque de diputados del PJ. “Con Duhalde nos reuníamos seguido y ahora no nos reciben. Nosotros votamos todas las leyes que nos pidieron”, dijo. Pero el tono lo impuso Duhalde, quien habló con Página/12 desde Brasilia. “Se me ocurrió escribir la carta para agradecerles a los muchachos que me acompañaron. Kirchner está llevando adelante la recuperación ética del país”, contó anoche luego de ver a Lula.