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Teresa Solá salió a pegar duramente al duhaldismo al considerar que está “acorralando” a su marido, el gobernador Felipe Solá. “Yo creo que los duhaldistas están haciendo operaciones que terminan perjudicando al propio Duhalde, porque Duhalde pidió explícitamente que respalden a Felipe y ellos no hacen otra cosa que debilitarlo”, señaló a Página/12.
La mujer del mandatario bonaerense se cuidó de dar nombres. Pero su queja quedó centrada en los referentes de la tercera sección electoral, quienes a partir del 10 de diciembre quedarían en lugares expectantes del poder bonaerense: Osvaldo Mércuri, Antonio Arcuri y Graciela Giannettasio.
“Hay algunas personas que en nombre de Duhalde hacen que Duhalde pierda esa condición de político de Estado que siempre tuvo”, continuó su crítica Teresa Solá, al recordar una reciente carta del ex mandatario en la que consideraba de “traidores” a quienes no apoyaran al gobernador.
El jueves, la presidenta de la Fundación Banco Provincia había logrado acercar a Néstor Kirchner un breve panorama de la crisis provincial. “Arde La Plata”, fue la frase que abrió las conversaciones en la Casa Rosada.
–¿Qué, no quedaron Corvatta y Amondarain? –le preguntó el Presidente sobre los mandamás del Senado provincial que apoya Solá.
–No sé, hay muchas presiones –le confió Teresa.
La suerte hizo que ese mismo día Duhalde, quien había ido al Gobierno para hablar con el Presidente, se cruzara con Teresa. “Yo no me estoy metiendo”, se excusó el ex mandatario ante la mujer del gobernador, en una pretendida toma de distancia del conflicto provincial. La propia Chiche Duhalde, en declaraciones públicas, salió ayer a mostrar mesura con Solá. “Tenemos una actitud de permanente colaboración. Queremos que le vaya bien”, dijo.
En La Plata no le creyeron demasiado. Es más, el gobernador demostró ayer mismo que, si quiere, también puede mojarle la oreja al duhaldismo: echó al asesor general de gobierno, César “Laucha” Díaz, el hombre de Duhalde que certificaba la legalidad de los actos de gobierno.
Cuando Teresa habló de “acorralamiento” se refirió a la construcción de poder del duhaldismo. Impuso a Osvaldo Mércuri al frente de la Cámara baja bonaerense, cuando Solá quería en ese lugar a Florencio Randazzo, su actual jefe de Gabinete. Mércuri manejará una de las principales cajas de la provincia, ya que mueve 102 millones de pesos.
Duhalde está a punto de imponer a Antonio Arcuri en la vicepresidencia de la Cámara de Senadores. Solá había trabajado por la continuidad de Hugo Corvatta. Arcuri manejaría la otra caja fuerte de la provincia. En números: 70 millones de pesos.
Así las cosas, desde el 10 de diciembre, Solá no sólo se quedará sin fuerza en el Poder Legislativo sino en el propio gabinete: su vice será Giannettasio, otra de las imposiciones de Duhalde. Dicho en criollo: la línea sucesoria estará conformada íntegramente por referentes del duhaldismo.
¿Qué dicen cerca del ex mandatario? Algunos apelan a los eufemismos. Y señalan que garantizarán la “gobernabilidad” de Solá, como si se tratara de un gobernador de otro partido. Otros prefieren la honestidad brutal: dicen que si Duhalde impuso a Kirchner, a Scioli, al propio Solá y a Giannettasio cómo no va a imponer la conducción de la Legislatura provincial.