Sábado, 12 de marzo de 2016 | Hoy
EL PAíS › NéSTOR RONCAGLIA ASUMIRá COMO JEFE DE LA POLICíA FEDERAL EN REEMPLAZO DE ROMáN DI SANTO
Roncaglia venía desempeñándose como jefe de la División Drogas Peligrosas y tiene un fluido vínculo con la fuerza antidrogas de Estados Unidos. Lo secundará la comisaria general Ester Franco, la primera mujer que llega a la subjefatura de la Federal.
El comisario mayor Néstor Roncaglia asumirá la Jefatura de la Policía Federal y será secundado por la comisaria general Ester Franco, la primera mujer que llega al segundo cargo en importancia dentro de esa fuerza. Roncaglia, jefe de la División Drogas Peligrosas, tiene una fluida relación con la DEA y reemplazará a Román Di Santo, quien anteayer renunció en forma sorpresiva a la conducción de la Federal. “Vamos a tener una fuerza para combatir todos los delitos federales complejos como el narcotráfico, la trata de personas y el terrorismo, entre otros”, declaró el designado sucesor.
La designación de Roncaglia como jefe de la Federal y de Franco como subjefa era un secreto a voces dentro de la fuerza desde hace rato.
Roncaglia era el nombre bendecido por la embajada de Estados Unidos para conducir la Federal. De estrechos lazos con la DEA, su designación rememora lo que ocurrió en su momento con Jorge “El Fino” Palacios.
Mauricio Macri reveló en su momento que puso a Palacios como jefe de la Metropolitana por consejo de Estados Unidos e Israel. En este caso, no se sabe si hubo una llamada a la embajada norteamericana, pero no hay dudas de que Roncaglia es un niño mimado de Washington.
En la Federal al designado nuevo jefe de la fuerza se lo considera un hombre eficiente que fue promovido a una jefatura tan delicada como Drogas Peligrosas por Nilda Garré. Cuando Garré fue ministra, había clara distancia con la DEA porque la agencia antidrogas de Estados Unidos se juega permanentemente a dominar todos los andamiajes policiales y militares.
Es muy probable que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, haya elegido a Roncaglia porque no le fue bien en su reciente viaje a Estados Unidos. El gobierno de Macri decretó la emergencia en materia de seguridad, un eufemismo que tiene un objetivo básico: hacer compras de material antidrogas y de seguridad sin licitación y sorteando los controles del Decreto 1023 respecto de las contrataciones del Estado. Elementos muy costosos como los radares se van a comprar afuera cuando la idea hasta ahora era apostar a la tecnología del Invap para el desarrollo de elementos costosos, como son, por ejemplo, los radares. La Argentina también podría avanzar por su cuenta en otra materia fundamental: los drones. Es posible que ahora todo se compre en el exterior, más precisamente en Estados Unidos.
Según los trascendidos, en el viaje de Bullrich a Estados Unidos, pidió justamente asistencia en materia de radares. Sin embargo, en Washington es norma no prestar asistencia en esa materia a países que tienen ley de derribo. Es que Estados Unidos prestó asistencia a Perú en el derribo de 15 aviones entre 1995 y 2001. Los aparatos cayeron en plena selva y nunca se supo si llevaban droga. Además se produjo un escándalo mundial porque una de las aeronaves transportaba misioneros norteamericanos. Después de aquellos hechos, Washington cambió su política de colaboración en el derribo de aviones. Siempre la asistencia había sido hacia otros países, nunca hubo un derribo dentro de Estados Unidos. En los últimos años retiraron la colaboración en esta materia con Honduras y Perú, que restableció la ley de derribo.
La designación de Roncaglia es un buen puente hacia los norteamericanos. No es casualidad que Elisa Carrió, siempre alineada con la embajada de Estados Unidos, haya hecho casi una campaña en pos de la renuncia de Di Santo a la jefatura de la Federal. A principios de esta misma semana, la líder de la Coalición Cívica pidió la cabeza de Di Santo “porque –dijo– ensució el crimen de Nisman”.
Franco, designada para secundar a Roncaglia en la conducción de la Federal, fue la primera mujer de la fuerza que alcanzó el grado de comisaria general, también promovida por Garré. Estuvo a cargo de Asuntos Internos, un área que todos consideran muy difícil por las enormes presiones para que los jefes y oficiales no sean sancionados. Se dice que su gestión en Asuntos Internos fue impecable. Al gobierno de Macri le viene bien, desde el punto de vista del marketing, colocar por primera vez a una mujer en la subjefatura de la fuerza.
Estaba claro que Román Di Santo iba a pasar a retiro en cualquier momento. Di Santo pagó el costo de lo que dentro de la Federal es considerado el mayor golpe de la historia a esa fuerza: el pase de unos 20.000 efectivos a la Ciudad de Buenos Aires. Cuando el traspaso concluya, la Federal pasará de ser una de las mayores policías del país a ser una fuerza relativamente chica. Según los expertos, ese pase era lógico: no tenía sentido que las comisarías y los patrulleros de la Capital siguieran dependiendo del Poder Ejecutivo Nacional.
La primera reacción del Gobierno fue atribuir a “motivos personales” la salida de Di Santo, quien nunca terminó de asimilar la decisión de Macri de traspasar el área metropolitana de la Federal al ámbito porteño. Bullrich admitió ayer que para Di Santo “fue muy doloroso el traspaso” y significó “un momento de su vida que sin duda fue difícil”.
Del total de la Federal, cerca de la mitad pasó al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires (aunque todavía faltan bastantes formalidades), pero el resto, otros 20.000 efectivos, no conforman un poderoso FBI nacional, una fuerza de elite que investiga los casos más delicados del país. De los efectivos que quedaron en la Federal, una parte muy importante son administrativos o empleados del Hospital Churruca, que depende de esa fuerza.
La organización para investigar secuestros, grandes organizaciones de drogas, trata de personas y otros delitos complejos quedó muy debilitada.
Y en los últimos tiempos ya se percibe lo que es la política del PRO en todo lo que tiene que ver con la seguridad: darle mayor poder y libertad de acción a los policías. Ese autogobierno que ya se nota en la Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires llevó a que se hicieran procedimientos poniendo a estudiantes contra la pared y cachéandolos como hace 40 años. Pero lo más significativo es que aparecieron algunos conatos de secuestros. Se registraron varios casos en la última semana. En uno de ellos, en Adrogué, quedó toda la sensación que la banda estaba integrada por policías. Históricamente hablando, el autogobierno de las fuerzas de seguridad deriva en secuestros y más robos de vehículos, los delitos que los policías tienen más a mano.
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