Mientras los radicales siguen, con mayor o menor recato, reclamando mayores cargos en los gobiernos de Cambiemos, el presidente Mauricio Macri optó por darles una palmadita simbólica. Lo hizo ayer al ensalzar la figura del presidente radical Arturo Illia, en la reinauguración del Museo del Bicentenario, que fue transformado radicalmente para eliminar todo rastro de la gestión anterior. Incluso, Macri le cambió el nombre: ahora se llama Museo de la Casa Rosada. “Queremos representar los valores de don Arturo con honestidad, decencia y patriotismo”, se congració Macri con los correligionarios que lo escuchaban. De paso, le apuntó al kirchnerismo.

Al acto asistieron el titular del Comité Nacional de la UCR, José Corral; el ex presidente Fernando De la Rúa, Enrique “Coti” Nosiglia, Ernesto Sanz, Ricardo Gil Lavedra y Leandro Illia (hijo). Todos pudieron apreciar los cambios que se hicieron la museo: eliminaron todos los elementos que aludían al kirchnerismo, aunque se dejó una pequeña imagen de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. También se podía ver un esmoquin de Carlos Saúl Menem. La transformación se hizo bajo la dirección del secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis.

“Uno de los objetivos de este gobierno es unir a los argentinos, por eso es muy grato recibirlos en el nuevo Museo de la Casa Rosada, en donde se podrán recorrer 200 años de independencia con seriedad, ecuanimidad y respetando la diversidad”, observó Macri, para reforzar el mensaje de que en la gestión anterior no contaba con ninguna de esas características.

No son pocos los radicales que reclaman más lugares en el Gobierno. El lunes, en otro acto de homenaje a Illia, el senador Juan Carlos Marino le exigió a Macri que empiece a “gobernar con el radicalismo”. Los correligionarios temen ser excluidos de las listas de Cambiemos para 2017. Desde el PRO no hacen promesas, pero tienden algunos gestos a sus aliados, como el discurso que les dedicó ayer Macri para reivindicar a Illia.

Macri calificó de “hombre excepcional” a Illia y aseguró que su derrocamiento “contribuyó al retraso de nuestro país”. Indicó que los dirigentes deben imitarlo en su decencia. Indicó que ese mandato no es sólo para los políticos, sino para “la Justicia y los dirigentes del fútbol”. “Eso el mejor homenaje, que nuestra dirigencia tenga claro este principio rector: la honestidad”, indicó y lo contrastó con el kirchnerismo, al que aprovechó para atacar. “En estos momentos, viendo espectáculos tan bochornosos, es que hoy queremos reafirmar los valores de Don Arturo –remarcó el Presidente–. La deshonestidad generó la pobreza, la corrupción y la violencia”, remarcó Macri, en vías de capitalizar al máximo las causas judiciales que investigan al empresario Lázaro Báez y al ex secretario de Obras Públicas José López, además del procesamiento de más de una docena de funcionarios del Gobierno anterior, incluida la ex presidenta.

En el mismo acto, Macri homenajeó a los militares que resistieron dentro de la institución el golpe a Illia. De este modo reconoció con la Orden al Mérito Militar en Orden Gran Cruz, al coronel retirado Alberto Rodrigañez Ricchieri y con la Orden Púrpura (post morten) al general de brigada Eduardo Castro. El presidente celebró poder compartir el homenaje con los “familiares de los generales que no les importó renunciar, porque su compromiso era con la patria”.