EL PAíS › DUHALDE HABLO CON PAGINA/12 DEL DOLAR, LA HIPER Y LA FALTA DE CREDIBILIDAD DEL PAIS
“Vamos a vivir momentos más difíciles que estos”
Sabe que todos los ojos están puestos en el dólar. Pero quiere probar que eso no lo obsesiona. Tanto es así que ayer solo habló por teléfono con Remes y Blejer y dedicó muchas horas al nuevo plan social. Se niega a soltar prenda acerca de qué hará frente a la divisa. Esa tarea, insiste, sólo compete al Central. Y habla de los apoyos que tiene y los que le faltan, de reactivación, de la desconfianza del FMI, de los cambios legislativos en ciernes.
Por Mario Wainfeld
Dan ganas de quedarse al solcito del sábado en los jardines de Olivos. Pero el Presidente espera en un escritorio sin luz natural. A su espalda, un retrato de San Martín, ya viejo, el abuelo retirado de Boulogne Sur Mer. A su izquierda, Juan Perón, también en sus últimos años con uniforme y banda presidencial. A su derecha, una foto de su esposa Chiche, unos años atrás, pelo largo y suelto. Eduardo Duhalde, camisa sport sin arremangar, contesta las preguntas con calma. Alguna vez consulta algo con su secretario general Aníbal Fernández. No toma agua ni café, no luce ansioso ni apurado. Ríe, de buena gana, en par un de ocasiones, en especial cuando grafica la desconfianza del FMI simulando un diálogo (“Eduardo Alberto Duhalde, mucho gusto.” “No le creo, muéstreme documentos.”). Pero lo que más le urge transmitir es la gravedad de la situación y un hecho difícil de creer: que su gobierno no está pendiente, como sí parecen estarlo tantos argentinos, de la ascendente cotización del dólar. En todo caso, que toda acción para bajar a la casquivana divisa corre por cuenta del Banco Central. Y así arranca.
–Con el dólar yo no voy a hacer nada. Intervendrá el Banco Central cuando lo considere oportuno. Yo creo que en algún momento va a intervenir. El BCRA puede bajar el dólar cuando lo considere oportuno, tiene sobrada cantidad de pesos para hacerlo. Lo que pasa es que la gente está desesperada. Mire, me contaban que había quien compraba más barato en el Banco Provincia, salía corriendo a venderlo enfrente y hacer una diferencia.
–Pero usted sabe que los que mueven el mercado son otros personajes.
–Claaaro, en las casas de cambio se vendieron 10 millones de pesos. No es nada.
–¿Habló con Mario Blejer?
–Hablé por teléfono. Pero no le di indicaciones.
–¿Va a haber dólar libre o va a seguir esta flotación?
–Ya hay dólar libre, con una intervención muy mínima. El Central vende muchos menos dólares de los que le entran.
–¿Qué se plantea para afrontar la crisis de confianza?
–Argentina no tiene confianza externa ni interna desde hace mucho tiempo. Eso no se recupera hablando sino haciendo que las cosas mejoren. Yo les digo a los argentinos que vamos a vivir momentos más difíciles que estos. Sería muy raro que en una crisis como ésta no hubiera momentos aún más graves.
–¿Teme que la inflación se dispare?
–Hasta ahora no se ha dado. Los precios no acompañaron la devaluación. Eso es bueno aunque, claro, es producto de la recesión.
–Blejer dijo que si el dólar superaba los 2,80 había riesgo de hiperinflación. ¿Qué pasará el lunes con un dólar a 3,10 en tendencia alcista?
–El BCRA seguramente va a intervenir, pero no puedo aseverarlo.
–Pero el que está en riesgo de irse si hay híper no es el BCRA sino su gobierno.
–Eso es una estupidez. Aunque el dólar se vaya, digo un absurdo, a 9 pesos, nosotros tenemos que seguir.
–Si el dólar se va a 9 habrá hiperinflación...
–Sí. ¿Y? Tendremos que bancárnosla. Todos los países que pasaron por situaciones difíciles han tenido que bancársela. Yo no voy a abandonar a la gente. Mire, ese no es el tema central. Hoy estuve toda la mañana con el Gabinete Social. Esta semana me voy a dedicar exclusivamente al tema social. No voy a dar audiencias. Voy a poner un poner en marcha un nuevo derecho de familia. Un derecho a la ocupación, para jefes o jefas de hogar desocupados, trabajando cuatro horas diarias, con un sueldo de 150 pesos (ver asimismo página 5). Se trata de la mayor transferencia de ingresos delos dos deciles más altos de la pirámide al decil más pobre. Los más pobres van a aumentar 150 por ciento su capacidad adquisitiva.
–¿Cuándo estará implementado ese plan?
–A fines de abril creemos que van a estar todos incorporados.
–¿Ese plan es negociable con el FMI?
–Es innegociable, es la política más importante de mi gobierno.
–El FMI no cree en el Presupuesto.
–No cree en nada. (Hace la mímica de tender la mano, saludando.) “Eduardo Alberto Duhalde, mucho gusto.” “No le creo, muéstreme documento.” (risas). Pero, en serio, el FMI no tiene problemas con el Presupuesto. Lo único que le importa es que no se gaste más de lo presupuestado.
–Pero no le creen nada a Argentina.
–La verdad, la verdad... tienen razón. Somos el único país del mundo en default. Están los pobres africanos, con problemas tremendos y todos pagan. En lo que no tienen razón es en no advertir que los organismos de crédito son parte del problema. Yo estuve con Bush, la sensación es que quieren ayudarnos. Pero nosotros tenemos que hacer cosas, ser serios. No hacer cualquier cosa, de ninguna manera la Argentina está para echar empleados públicos. Pero eso sí, los nuevos contratos para la administración pública los firmo sólo yo, aunque se trate de un peón.
–Usted dice que de afuera tienen razón. También piensa que quienes, desde acá piden soluciones urgentes asimismo tienen razón. Pero parece que esas demandas razonables no son compatibles.
–Esta es la crisis en que estamos. Esta es la famosa depresión que conocíamos solo en forma académica. Todos tienen razón pero marche preso. Es como cuando uno está jugando una partida de ajedrez y todas las jugadas son..., ninguna lo conforma. De aquí hasta que salgamos –y vamos a salir más rápido de lo que algunos piensan si tenemos ayuda– vamos a pasar momentos muy difíciles.
–¿Más desocupación?
–No, porque si metemos pronto 2 millones de personas a trabajar va a haber un descenso brusco de los índices.
–¿Y estallido social?
–No, no. Todo lo que sea necesidades primarias, las muy básicas se va a tranquilizar mucho.
–¿Y si no llega la ayuda internacional?
–Si no llega, tenemos que apretar los dientes. Ningún país se termina. Los que nos terminamos somos los seres humanos. Si no llega, tendremos que luchar más, ser más sacrificados. Ese sacrificio yo quiero, dentro de lo posible, achicárselo a la gente. A todos.
–¿Se deroga la ley de subversión económica?
–Se reforma parcialmente, tengo por ahí el texto.
–¿Y la ley de Quiebras?
–Se está estudiando en Diputados. Tenemos problemas con los bancos que dicen no poder prestar dinero porque si no se les paga no pueden accionar contra los deudores.
–¿Sigue creyendo que el 9 de julio podrá anunciar la reactivación?
–Yo tengo que sacar al país adelante. Digo lo que creo. Los que se burlan espero que sean uruguayos, no argentinos, porque todos tienen que ayudar. Si todos decimos que las cosas van a salir mal, posiblemente salgan mal. Si tenemos la ayuda, para mitad de año vamos a estar levantando.
–¿Por dónde cree que va a venir la reactivación?
–La reactivación... (se muerde los labios, mira al techo). Todo el campo tiene una ganancia extraordinaria. Todo el sector empresarial tiene un problema enorme: no tiene capital de trabajo, no consigue crédito pero tiene un precio extraordinario para vender.
–¿La dolarización está descartada?
–Totalmente. Es un disparate, sería consolidar la foto de esta Argentina derrumbada.
–¿Tiene pensada alguna gestión con la Corte Suprema?
–Yo no. Con la relación que tengo con la Corte...
–¿Prepara el Gobierno alguna medida legislativa para congelar los amparos?
–Eso es más fácil que lo haga el mismo Congreso. Yo no pienso tomar ninguna decisión.
–¿El corralito se va a liberar?
–Blejer dijo que sí en 90 o 120 días. Hay que ver cómo evolucionan las cosas en los próximos días antes de volver a hablar del tema.
–¿Está conforme con la gestión de Blejer?
–No hay que ser injustos con el Banco Central y el Ministerio de Economía. Nuestro sistema económico está en terapia intensiva y no vamos a poder salir hasta que no resolvamos el tema del corralito. Imaginemos que el BCRA intervenga en forma fuerte para bajar la cotización del dólar. Puede bajarlo, al precio que quiera. Pero si lo hace seca la plaza, se queda con todo el circulante. El dólar va a estar así hasta que el BCRA quiera. El mercado cambiario no es tan grande como para que no se lo pueda dominar.
–Parece difícil que pueda volverse a un dólar de un peso con setenta, cifra que usted mencionó la otra vez.
–Me parece muy difícil.
–¿De veras no lo obsesiona la suba del dólar?
–A mí no me parece que sea tan grave.
–¿Y la actitud de los bancos?
–Los bancos son los que más han comprado, me decía Remes por teléfono. (Vuelve sobre lo anterior.) ¿Qué tiene qué ver el Gobierno con el dólar? Si estuviéramos tan preocupados le hubiéramos ido a decir a Blejer que interviniera, y no lo hemos hecho.
–¿Va a haber control de precios?
–No. No hay manera de controlarlos. Tenemos un Estado desarmado para el control. Pero vamos a actuar fuertemente sobre los precios.
–De nuevo, Presidente, ¿van a bajar el dólar?
–Yo no me voy a meter.
–Es que la única defensa que tiene la gente es el Estado y seguro quiere saber qué va hacer el Gobierno con relación al dólar.
–Pero la gente cree que su única defensa es el dólar (menea la cabeza). Yo ya he dicho lo que va a pasar. No me creen, bueno, no voy a seguir hablando porque no me corresponde. Además si el Central decide intervenir fuertemente hay que definir cuándo. La gente también tiene que darse en cuenta de que el dólar está llegando a un precio que no tiene sentido.
–¿Niega próximos cambios en el gabinete?
–De momento sí. En el área económica seguro que no hay cambios. Estoy muuuy (sic) conforme con Jorge Remes Lenicov. (Gira la cabeza y le pide información a Aníbal Fernández.) ¿Por qué dicen que (Jorge) Capitanich se va en 3 meses? (“Porque se le termina la licencia en el Senado”, le explican). Mire, leí eso en los diarios y hoy hablé con él y ni le pregunté. ¿Cambios? No, puede ser alguno nivel de secretario.
–¿Puede que se incorpore el pampeano Rubén Marín u otro gobernador de peso?
–Yo les ofrecí a ellos participar de entrada. No aceptaron, ahora no lo tengo en mente.
–¿Va a tener apoyo político en los próximos meses?
–En toda la historia política argentina ningún presidente tuvo el apoyo parlamentario que tengo yo.
–No sólo con apoyo parlamentario se hace la política. Hace falta consenso social, legitimidad...
–Lo otro, el consenso social, no lo tiene nadie, desgraciadamente. Lea las encuestas, ningún dirigente tiene más del 10 por ciento. Es tremendo el desprestigio, pero hay que seguir...