EL PAíS › CAMAÑO SE SUMA A SOLA EN LA PELEA POR LA COPARTICIPACION
La mano de Duhalde en Diputados
El titular de la Cámara baja emitió un comunicado donde recuerda la promesa que Kirchner hizo en la campaña electoral, de subir la coparticipación de la provincia. El jefe de la bancada, Díaz Bancalari, sale de campaña por el partido.
Por Felipe Yapur
La pelea entre Buenos Aires y el gobierno nacional por la coparticipación federal no se limita sólo a los cruces mediáticos entre el gobernador Felipe Solá y los ministros de Néstor Kirchner. Desde ayer, Eduardo Camaño se sumó a la polémica al recordarle al Presidente su plataforma electoral donde se comprometió a restituir los puntos de coparticipación perdidos por la provincia en los primeros años de la democracia. La declaración, con marcado tono irónico, no es menor ya que a la batalla se incorpora una las piezas más importantes del aparato duhaldista y, sobre todo, el presidente de uno de los poderes de la República, la Cámara de Diputados. Por si esto fuera poco, el jefe de los diputados peronistas, José María Díaz Bancalari, quiere pelear la presidencia del PJ bonaerense como representante del kirchnerismo (ver aparte).
La declaración del presidente de la Cámara baja no fue agresiva. Buscó ser diplomático y conciliador, pero le salió irónica. Primero instó a los actores a reflexionar dada la importancia del tema y “recomendó” no descreer de las palabras del Presidente “quien en su plataforma electoral Los Ejes Económicos de Kirchner, sostiene que a Buenos Aires deben restituirsele los ocho puntos de coparticipación federal que se le quitaron durante el gobierno de Alejandro Armendáriz”.
Por si acaso, agregó algo más de la plataforma kirchnerista donde dice que la devolución de estos dineros no debe salir de otras provincias sino de la Nación. Tal vez consciente de la fuerza del cachetazo, el presidente de Diputados suavizó su declaración al señalar que Kirchner “ha demostrado llevar adelante los compromisos asumidos con la comunidad”.
Camaño no acostumbra a emitir comunicados de prensa. Suele justificarlo diciendo que el cargo institucional que ostenta le impide hacer declaraciones políticas. Esta vez no fue así y allí reside la importancia del hecho. Dejando de lado su investidura, Camaño se sumergió en la disputa y, qué duda cabe, detrás de sus palabras está la figura de su jefe político: Eduardo Duhalde.
A simple vista hay por lo menos tres motivos que provocaron la irrupción de Camaño en este tema. Por un lado, el bonaerense mantiene una sorda pelea con el ministro del Interior, Aníbal Fernández, por el control del terruño que comparten, Quilmes. Hasta ahora, en los hechos el ministro le viene ganando a Camaño, un hecho que no puede digerir.
Acá también se cruza la interna con el gobernador Felipe Solá, ya que más que una ayudita lo que hace el duhaldismo es introducirlo aún más en esta pelea convencido de que no tendrá el éxito esperado. Por si esto fuera poco, el aporte que hace Camaño también sirve para la disputa que hay entre Kirchner y Duhalde. Este es un juego que el caudillo bonaerense disfruta y lo sabe hacer bien. El ex presidente suele desplegar su vieja estrategia de respaldar públicamente al Presidente, mientras deja a sus principales representantes decir lo que pasa por su cabeza y que no conviene que surja de su boca.
Ayer, Camaño lanzó su comunicado y desapareció del Congreso. Sus colaboradores aseguraron que tenía que participar de un acto en su Quilmes natal donde compartió el escenario con Díaz Bancalari. Justamente al jefe del bloque oficialista es a quien tanto el ultraduhaldista como un importante sector del bloque oficialista bonaerense y de otras provincias, recelan por su condición de hombre de confianza de Kirchner en la Cámara baja y potencial candidato a gobernador que contará con la bendición patagónica.